En un inusual ejercicio de autocrítica y memoria política, la priísta Rocío García Olmedo y el ex panista Francisco Fraile García protagonizaron una conversación franca en el programa Sala de Controversia de Informe 96 (Cadena IN), donde reflexionaron sobre la historia, el presente y el incierto futuro de sus respectivos partidos.
Con el tono cómplice de quienes han vivido de cerca las cumbres y caídas del poder político, ambos veteranos reconocieron el desgaste institucional del PRI y el PAN, así como la fragilidad estructural de Morena, partido actualmente en el poder.
“La diferencia está en el origen”, dijo García Olmedo al referirse al momento hegemónico del PRI. “Morena no ha logrado construir lealtades internas ni una identidad orgánica como la que nosotros tuvimos”.
En ese mismo tono, Paco Fraile recordó los inicios del PRI con una anécdota histórica sobre Plutarco Elías Calles: “Organizó a los generales como quien reparte un pastel, bajo una sola condición: ‘el poder es nuestro porque la Revolución nos lo dio’”.
Sin nostalgia, pero con sentido crítico, los exlegisladores señalaron que la decadencia del PRI comenzó cuando se rompió el vínculo con la ciudadanía. “La sociedad evolucionó y aparecieron actos impropios, incluso delictivos, que erosionaron la confianza”, reconoció García Olmedo.
Fraile fue más allá y acusó a Morena de haber replicado viejas prácticas bajo una nueva bandera. “Ahora vemos cómo se instaló un chip de negocios, un chip de tranza, de aprovecharse del partido para vivir de él”, afirmó.
Uno de los momentos más agudos de la conversación fue cuando ambos criticaron el uso clientelar de los partidos políticos: “Transformaron el servir en servirse", sentenció Fraile.
García Olmedo respaldó el diagnóstico, al recordar la impotencia interna que sentían muchos militantes cuando advertían la pérdida del rumbo sin lograr una reacción efectiva.
Pese a las diferencias ideológicas, ambos coincidieron en que la política mexicana necesita reencontrarse con causas sociales auténticas, nuevas narrativas y liderazgos capaces de dialogar con una ciudadanía cada vez más joven y exigente. “Siempre hay nuevas causas en la sociedad. Hay que tomarlas, abanderarlas y encaminarlas, como nos enseñaron”, concluyó García Olmedo.