En entrevista con el noticiero Informe 96 de Cadena IN, el director general de Agua de Puebla, Jordi Bosch Bragado, aseguró que la ciudad de Puebla cuenta con suficientes recursos hídricos, pero el problema del desabasto radica en la ineficiencia del sistema de distribución y las fuertes pérdidas durante la conducción del líquido.

“Tenemos una noticia muy buena en Puebla: sí hay agua. Tenemos ingentes cantidades de agua a 350 metros de profundidad”, afirmó Bosch, quien explicó que los tres acuíferos que abastecen a la zona metropolitana presentan buenas condiciones. Sin embargo, reconoció que el reto es lograr que el agua llegue de manera efectiva a los hogares poblanos.

El funcionario reveló que, al inicio de su gestión, detectaron niveles alarmantes de desperdicio: “De cada 100 litros que se extraían, se perdían hasta 60. Estimamos que el 40% del volumen total se pierde entre fugas físicas y fraudes”, detalló.

Para revertir esta situación, la empresa ha iniciado un programa de modernización de infraestructura, que incluye el reemplazo de tuberías viejas, la reparación de fugas y la estabilización de la distribución del servicio.

“Buscamos que todas las colonias tengan agua al menos cuatro días a la semana”, explicó Bosch. Actualmente, algunas zonas reciben agua sólo dos días por semana, mientras otras acceden al recurso hasta cinco días, lo que refleja una gran disparidad en la cobertura.

“Queremos estandarizar la distribución. Es nuestra meta, y trabajamos bajo la fiscalización de la Comisión Estatal de Agua (SOAPAP), que es el regulador”, precisó.

El director también reconoció el descontento de la ciudadanía y subrayó la necesidad de mejorar tanto el servicio como la comunicación con los usuarios. “La gente paga por el servicio y tiene derecho a recibirlo. Comprendo y comparto su molestia”, expresó.

Además, Bosch anunció que en breve entrará en operación la planta de tratamiento de aguas residuales “Carmelitas”, actualmente en fase de prueba.

Esta instalación no reinyectará el agua al sistema potable, debido a las normas vigentes, pero sí permitirá su uso en el riego de áreas verdes, lo que reducirá la demanda de agua limpia para estos fines.

“Hemos de hablar más con la gente, ser más transparentes. Las obras deben socializarse para evitar bloqueos y lograr empatía con los vecinos”, concluyó Bosch.