Este fin de semana se conoció el fallo del juicio que la cantante Kesha mantiene contra el que fuera su productor musical, el conocido Dr. Luke, al que ella acusa de haber abusado sexualemente de ella durante años y con el que no quiere volver a trabajar, pero con el que tiene contratos en vigor que la impiden trabajar con nadie más.
El resultado del pleito ha sido contrario a la cantante, puesto que el tribunal ha fallado a favor del productor, obligando a Kesha a cumplir los seis discos comprometidos que tenía por contrato. Muchas personalidades y compañeras del mundo de la música han mostrado su apoyo a Kesha, incluso otras estrellas que han trabajado con el Dr. Luke, como Lady Gaga, Lorde, Demi Lovato o Ariana Grande, pero la que más solidaria se ha mostrado ha sido Taylor Swift, que ha donado 250.000 dólares para sufragar los gastos judiciales o de otro tipo de Kesha.
"Como muestra de apoyo, Taylor Swift ha donado 250.000 dólares a Kesha para ayudar con cualquiera de sus necesidades financieras durante este difícil momento", dijo el portavoz de Taylor E! Noticias.
La respuesta a este solidario gesto vino por parte de la madre de Kesha: "Lo más importante para Kesha, es que estas mujeres hermosas y poderosas están de pie detrás de ella, dejando que el mundo vea lo poderosa que es la verdad", dijo.
La cantante estadounidense Kesha denunció en 2014 a su productor, Lukasz Sebastián Gottwald, conocido como Dr. Luke, por presuntos abusos sexuales, físicos y verbales, además de por acoso emocional, que según la cantante, el productor había cometido durante los diez años precedentes.
Según la cantante, el productor la habría forzado a tomar drogas y alcohol para aprovecharse de ella sexualmente mientras estaba drogada. La cantante de 28 años relató en el texto de su denuncia que en una ocasión despertó "desnuda" en la cama de Dr. Luke, "sin capacidad para recordar cómo había llegado hasta allí" y después de que el acusado la obligara a tomar pastillas.
Sin embargo, la denuncia interpuesta por la cantante no ha roto los contratos que la cantante tiene con el productor y con la discográfica, Sony, por lo que se ve en un callejón sin salida que ha paralizado judicialmente su carrera.
La cantante no quiere volver a trabajar con su antiguo productor, pero por los contratos vigentes de exclusividad, tampoco puede hacerlo con nadie más. Según afirman fuentes cercanas a la Kesha ésta ha pedido la rescisión de los contratos, a lo que la discográfica se ha negado.