El actor Orlando Bloom generó controversia al compartir en sus redes sociales un tratamiento de plasmaféresis al que se sometió en una exclusiva clínica de Londres, con un costo cercano a los 12.000 euros. El procedimiento, según explicó, busca "eliminar microplásticos y sustancias tóxicas" del cuerpo.  

En una imagen publicada en Instagram Stories, se ve al intérprete con dos vías conectadas a una máquina que filtra su sangre para extraer supuestos contaminantes como PFAS, pesticidas y otras toxinas. La clínica afirma que el tratamiento, de dos horas, elimina "el 99% de ciertas sustancias dañinas".  

Sin embargo, expertos han cuestionado su eficacia. El profesor Edzard Ernst, de la Universidad de Exeter, declaró al Daily Mail que no existe evidencia científica que respalde sus beneficios: "Ni siquiera estoy seguro de que le quite algo al paciente, salvo mucho dinero". La Dra. Mousumi Mukherjee también criticó el alto costo del procedimiento.  

Mientras algunos celebran que artistas como Bloom alerten sobre la contaminación por microplásticos, otros advierten sobre terapias sin fundamento médico.