La bolsa de Valores de Milán se desplomaba hoy cuatro por ciento, mientras la prima de riesgo -diferencia entre los bonos de deuda italianos y los alemanes- llegó al récord de 520 puntos base, pese a la anunciada renuncia de Silvio Berlusconi.

Según operadores bursátiles, la bolsa reaccionó a las preocupaciones de la Unión Europea (UE) sobre la situación económica italiana y a la posibilidad de que Berlusconi esté buscando ganar tiempo antes de dimitir.

Tras una apertura al alza del 1.45 por ciento en su principal indicador, el Mib, la plaza milanesa se desplomaba 4 por ciento en torno a las 11:30 hora local (09:30 GMT).

Ello poco después de que el primer ministro apareciera en diversos medios anunciando que tras su renuncia (que firmará luego de que el Parlamento apruebe medidas de ajuste) esperaba elecciones anticipadas y no la formación de un gobierno técnico (no salido de las urnas).

La cotización de un total de 12 títulos fue suspendida por exceso de caída, que afectaba sobre todo a los bancos, como Banca Popolare, Bpm, Intesa San Poalo y Banca Monte dei Paschi.

También la acciàon de Mediaet, la televisora de Berlusconi debió ser suspendida por exceso de descenso.

Por su parte, el diferencial entre bonos de Estado italianos (Btp) y los “bunds” alemanes (usados como referencia) alcanzó el nivel récord de 520 puntos base, con un rendimiento equivalente al 6.91 por ciento, a sólo 9 décimas del umbral considerado de no retorno.

De acuerdo con los operadores, el Banco Central Europeo intervino inmediatamente, con la compra de Btp, para buscar detener el desplome.

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, calificó la víspera como “dramática” la situación italiana y recordó que una misión de la Comisión Europea arribará hoy a Roma para vigilar la aplicación de las reglas de supervisión económica y de presupueto de los países de la zona del euro.

Queremos ayudar a Italia con nuestra supervisión: nuestra misión es de monitoreo y desde mañana (miércoles) se reunirá con ministros y funcionarios”, declaró Rehn el martes por la noche.

Con una deuda pública superior al 120 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), Italia enfrenta un estancamiento económico que dura años y en 2011 se prevé que crecerá sólo 0.6 por ciento.