"El resultado de Apple Inc versus Samsung Electronics Co Ltd es un poderoso drama judicial. Llamarlo drama, sin embargo, es un débil elogio. Es entretenido y emocionante, pero los efectos son superficiales y no duran".
Con esa entrada abrió Horace Dediu, analista de Asymco, un post publicado el martes que enumeraba seis razones por las que no tiene fe en los pleitos legales como una solución a los problemas de una compañía tecnológica:
1) Los procesos legales tardan una era glacial, y tienden a durar más que la vida de los productos en litigio.
2) La ley es ambigua.
3) El mundo es demasiado grande para hacer cumplir los resultados.
4) Las compensaciones económicas son arbitrarias.
5) Los aspectos técnicos son desconcertantemente complejos.
6) El litigio es tan costoso que sólo las empresas con letales escuadrones de abogados pueden permitírselo.
Pero al final, Dediu llega a lo que yo creo que es la verdadera razón por la cual Apple demandó a Samsung (y a Motorola y a HTC): para enviar un mensaje.
"Enviar un mensaje a los competidores, socios, clientes y empleados. Dicho de otro modo, esas señales se utilizan para crear efectos psicológicos".
Dediu cree que hay mejores maneras para enviar un mensaje -a través de la publicidad, por ejemplo, o mediante los productos mismos-.
Sin embargo, Apple quería enviar un mensaje distinto, uno que no podía transmitirse en un anuncio publicitario.
La verdadera razón por la cual Apple demandó a Samsung, creo, es la que expuso Jim Dalrymple, del sitio de noticias The Loop, a principios de agosto, antes de que comenzara el juicio.
"Apple tiene un propósito en todo lo que hace, incluyendo esta demanda", escribió en un artículo titulado Apple's motivation for suing Samsung (Los motivos de Apple para demandar a Samsung).
Así es como Dalrymple lo vio:
No cabe ninguna duda de que Apple está desarrollando algunos productos ingeniosos, tal vez revolucionarios, que serán lanzados durante los próximos años.
Aunque ninguno de nosotros sabe a ciencia cierta qué son esos productos, si son verdaderamente disruptivos, como el iPhone y la iPad, a Apple le conviene detenerle los pies a Samsung desde ya. Esto cortará efectivamente en seco al peor infractor de las compañías que copian sus productos.
Desde luego, ganar la demanda también impedirá que todos los demás competidores copien sus diseños.
Los últimos dos productos de Apple que revolucionaron la industria, el iPhone y la iPad, han sido copiados descaradamente durante años. Sí, es cierto que la compañía ha perdido una cantidad significativa de ingresos -estimada en el juicio en 2,500 millones de dólares- pero seamos sinceros, eso es calderilla para Apple que tiene unos 100,000 millones de dólares en el banco.
Creo que los futuros productos de Apple van a cambiar la industria a tal grado, que Apple tiene que ponerle un hasta aquí a Samsung ahora.