Las empresas transnacionales dedicadas a la industria minera en el país llegan en las mejores condiciones impositivas porque en México pagan una carga económica muy baja, cuando en otros países, como Canadá, llegan a pagar hasta 50 por ciento del valor de la producción, reveló el coordinador del departamento de Ciencias Sociales del campus Puebla de la Universidad Iberoamericana (UIA), Miguel Reyes Hernández, quien aseguró que los niveles de rentabilidad que tienen las mineras en México son muy altos, mientras que los niveles salariales de los mineros son demasiado bajos, entonces hay un contraste en rentabilidad y la calidad de vida, los riesgos a los que se enfrentan, además de las violaciones a sus derechos humanos.

En entrevista, el funcionario educativo de esa institución de educación superior jesuita reveló que “resulta que los niveles de utilidad de las mineras en México es de 360 por ciento, antes del pago de los impuestos, pero como casi no pagan impuestos entonces sus niveles de rentabilidad casi no se mueven” y, por lo tanto, son muy altos.

Actividad rentable
La proliferación y creciente instalación de las mineras en Puebla tiene otra explicación, porque en muchos sentidos aquí no pagan impuestos, mientras que en otros países —como Canadá— se pagan varios impuestos para una actividad que de por sí es muy rentable: “Porque el costo de producción es muy bajo en relación con el costo del mercado internacional”, entonces los márgenes de ganancia son muy altos, que se dan por los precios en el mercado internacional y que ese precio de ventas se establece en las bolsas de valores internacionales.

En ese contexto, como los costos son muy bajos y eso lo saben en Canadá, en Perú y en muchos países, entonces lo que hacen es cobrar un Impuesto Sobre la Renta (ISR) de 30 o 35 por ciento, depende del país, donde cobran un impuesto llamado “regalías”, que es sobre el valor de la producción y los ingresos que tiene la corporación y cobra otro impuesto sobre las utilidades repartidas.

Con esas cargas impositivas, apuntó Reyes Hernández, la carga impositiva es aproximadamente de 50 por ciento del valor de la producción en países como Canadá: “Las regalías en Canadá van entre 12 y 17 por ciento dependiendo de la región, en México los impuestos a regalías no existían y el ISR no lo pagas porque te amparas en el régimen que era de consolidación fiscal y el régimen opcional de sociedades, y ese régimen te permite que al final no pagues impuestos”.

En México, las empresas transnacionales que se instalan para la explotación de minas y de hidroeléctricas no pagan el Impuesto sobre la Renta pero tampoco pagan las regalías, por lo que al final encuentran que sus niveles de utilidades son mucho más altos de los que realmente son: “Pero eso solamente existe en México, por lo tanto no es complicado concluir sobre el impacto económico de aceptar una minera, si conviene o no en términos de rentabilidad económica o que redunde en mayor actividad económica o crecimiento económico, porque es seguro que aquí sí conviene”.

Grupos mineros 
Para el coordinador del departamento de Ciencias Sociales de la Ibero Puebla, en primera instancia la actividad minera está muy concentrada, está repartida entre determinados grupos a nivel empresarial; “está Peñoles”, se concentra entre mexicanos y canadienses: “También está el grupo de Carlos Slim con la minera Frisco, que tiene intereses en el estado de Puebla, de invertir aquí o llevar a cabo un desarrollo minero; son tres grupos importantes los que invierten, pero funcionan con prestanombres, es así como entran las mineras”.

En la actualidad, reveló el académico, hay monopolios en sectores de la producción de cobre y plata, por eso puntualizó que existe un componente extranjero importante que de 2002 a la fecha crece de manera importante y exponencial en todo el país, y ahora lo hace en Puebla: “En todo el país las hectáreas que se han concesionado a las compañías mineras es grandísimo, es aproximadamente de un cuarto del territorio nacional para explotarlo y, con la Reforma Energética, si hay minas en su territorio podrán explotarlos”.

Esa explotación, afirmó Reyes Hernández, da como resultado la introducción de mineras canadienses a través de prestanombres o la introducción de otros grupos, pero con la excepción de que esas mineras canadienses llegan al país con ciertas canonjías en términos impositivos, porque no les cobran el impuesto predial y pueden establecerse: “Hay una minera en el estado de Puebla donde no pagan impuestos locales y están condonados a 15 años, las autoridades locales les dicen que no les paguen impuestos a 15 años y no hay beneficios en impuestos”, que son recursos para redistribuirlos y siempre se dice que no hay recursos suficientes si les cobran impuestos porque la inversión no es rentable, entonces hay que traer inversión.

Impuestos que se pueden evitar
El académico de la Ibero Puebla reveló en entrevista que los legisladores de las Cámaras de Diputados y Senadores aprobaron un impuesto de 7.5 por ciento sobre los dividendos, pero no hay impuesto sobre regalías y el ISR sigue sin cobrarse, entonces —puntualizó— la rentabilidad sigue siendo muy elevada para las mineras.

Por el contrario, dijo que el nivel salarial en las mineras en general es de 2 a 3 salarios mínimos para la mayoría de los mineros, eso significa que tienen niveles de rentabilidad altos, porque pagan niveles salariales muy bajos en un mercado en que lo venden muy alto, entonces no hay muchas veces condiciones adecuadas para trabajar: “Pero los techos de las minas son muy bajos, no hay ventilación adecuada, los trabajadores se exponen a oler cosas que son cancerígenas, no tienen el material adecuado y ganan muy pocos recursos”, por lo que se violentan de una u otra forma sus derechos humanos y lo que pudiera dejar en términos de repercusión económica no lo hay porque si se observa la actividad minera, no está vinculado con otras empresas, porque todo es para exportación de manera directa, poco se utiliza para la industria local.

En ese contexto, afirmó que la industria minera no genera necesariamente cadenas productivas, pero, además, no hay impuestos porque hay condonaciones crecientes, aunque los impuestos federales: el de la renta, de dividendos y de regalías, son prácticamente nulos, por eso puntualizó que la minería se mantiene como una actividad prácticamente rentable: “Es de las actividades más rentables del país, ahora no tiene tanto impacto económico porque aunque son grandes empresas no tienen cadena productiva y el precio del producto interno bruto es muy bajo, que va desde 0.4 hasta 1 por ciento; no es una empresa grande, pero reciben ganancias altas. Pero, eso sí, en otros países se cobran impuestos altos que en México no cobramos, mientras que los costos salariales son bajos para las principales corporaciones que están en México”.