El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha incrementado los aranceles a las importaciones chinas hasta un 145 por ciento, según confirmó la Casa Blanca.
Este aumento incluye un incremento previo del 84 al 125 por ciento, más un arancel adicional del 20 por ciento relacionado con el tráfico de fentanilo.
La administración Trump justifica estas medidas como una respuesta a lo que considera prácticas comerciales desleales por parte de China y su falta de acción efectiva contra el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos.
Estas acciones han intensificado la guerra comercial entre ambas naciones, generando tensiones en los mercados financieros globales.
En respuesta, China ha anunciado represalias, elevando sus propios aranceles sobre productos estadounidenses al 84 por ciento y declarando su intención de defender sus intereses nacionales.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China enfatizó que "nadie ganará una guerra comercial" y expresó su disposición a tomar medidas necesarias para proteger su economía.
Estas acciones han generado preocupación entre economistas y líderes empresariales, quienes advierten sobre posibles repercusiones negativas en la economía global y la posibilidad de una recesión. La volatilidad en los mercados bursátiles refleja la incertidumbre que estas políticas han generado entre los inversores.
Mientras tanto, la Unión Europea y otros socios comerciales han optado por una pausa de 90 días en la implementación de nuevos aranceles, buscando dar espacio a las negociaciones y evitar una escalada en las disputas comerciales.