La familia del mexicano Humberto Leal García se despidió hoy del reo condenado a muerte en una visita de cuatro horas realizada por la mañana, poco antes de que fuera trasladado a esta comunidad, donde será ejecutado por inyección letal en punto de las 18:00 horas.

Leal García llegó cerca de las 13:30 horas, procedente de la Unidad Carcelaria Polunsky, donde permaneció la mayor parte de los 17 años de reclusión a la espera del cumplimiento de su sentencia, junto con otros 340 reos que habitan el pabellón de la muerte del sistema carcelario de Texas.

El traslado de 65 kilómetros se realiza bajo fuertes medidas de seguridad y no se da aviso del mismo hasta que el reo llega a la Penitenciaria Walls, una de las más viejas de Texas, en el centro de Hntsville, donde desde hace más de 100 años se realizan las ejecuciones.

La vocera del Departamento de Justicia Criminal de Texas, Michelle Lyons, informó que en los últimos tres días diferentes miembros de la familia de Leal García acudieron a visitarlo en la Unidad Carcelaria Polunsky en Livingston, temiendo que podría ser la última vez que lo vean con vida.

Leal García pudo ver y hablar con sus familiares un total de 20 horas, divididas en ocho horas el martes, ocho horas el miércoles y cuatro horas la mañana de este jueves. Durante esos días, el mexicano también recibió la visita de su abogada Sandra Babcock.

Solo su hermana Mary Ángel Tello fue incluida por Leal García en la lista de quienes desea que atestigüen su ejecución. Los otros testigos designados incluyen a su abogada, a su amigo Tom Wagonner y a sus amigas Miriam Corbin y Marianne Hablitzel.

El mexicano no pidió la presencia de ningún sacerdote, pastor o guía espiritual para que lo acompañe en la celda donde pasa las horas previas a su ejecución, pero el Departamento de Justicia Criminal de Texas, dependencia encargada de conducir la ejecución, tiene siempre a un capellán de guardia para atender al reo en caso de que lo pida.

Leal García recibió lo que podría ser su última cena, en punto de las 14:00 horas. Uno de los escasos privilegios para los sentenciados a muerte es el de escoger lo que desea comer antes de recibir la inyección letal, siempre y cuando los alimentos estén disponibles en la cocina de la prisión.

El mexicano pidió seis piezas de pollo frito, un tazón de salsa pico de gallo, seis tacos de carne: tres de asada y tres de cocida, un plato de legumbres y dos refrescos de cola.

De no posponerse la ejecución por la intervención de último momento de la Suprema Corte de Justicia o del gobernador de Texas, Rick Perry, Leal García será ejecutado a las 18:00 horas de este jueves mediante inyección letal por la violación y homicidio de Adria Saucedo, de 16 años, en mayo de 1994 en San Antonio, Texas.

El mexicano, de 38 años de edad, originario de Monterrey, en el estado de Nuevo León, siempre se ha declarado inocente del homicidio, al señalar que la joven murió en forma accidental al caer de espaldas y golpearse la cabeza tras haber forcejeado con él.

Los gobiernos de México, Estados Unidos, la Unión Europea y una decena más de naciones, además de organismos internacionales han pedido a Texas suspender la ejecución, al estar certificado que fueron violados los derechos del reo como extranjero al privarlo de recibir la ayuda legal de su país cuando fue detenido y procesado.

La abogada Babcock sostiene que de haber sido auxiliado por las autoridades mexicanas durante su juicio en 1995, Leal García no solo no hubiera recibido la pena de muerte, sino que habría sido absuelto, al no existir ninguna evidencia contundente que lo ligue al homicidio.

Leal García podría convertirse en el octavo reo mexicano en ser ejecutado en Estados Unidos desde que este país reactivo la aplicación de la pena capital en 1976, de no proceder alguna de las apelaciones en el último minuto.

NTX/FTD/SBE/TIEMPO09