A las 5:30 horas del martes 23 de agosto elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP) desataron un operativo para desalojar a unas 500 personas que desde el domingo 7 de agosto se habían apoderado de unas 20 —de 400 hectáreas—, registrándose un enfrentamiento donde los uniformados utilizaron sus tonfas y gases lacrimógeno, en tanto que los pobladores utilizaron piedras y palos, aunque se dijo que también se escucharon disparos de armas de fuego.
Un comunicado por parte de la SSP indica que los uniformados no utilizaron armas de fuego; además, durante el aseguramiento de las 20 hectáreas varios policías resultaron con lesiones de golpes, pero omitieron señalar si de lado de los desalojados hubo heridos.
Tras el desalojo, los miembros de la UNTA intentaron cerrar la carretera federal pero no sólo fueron retirados de inmediato, sino que además los vehículos que utilizaron como “muro” fueron asegurados y junto con los detenidos presentados ante el Ministerio Público para que se inicien investigaciones y deslinden responsabilidades.