La Procuraduría General de Justicia (PGJ) no ha informado del hallazgo del cuerpo de quien en vida se llamó Marco Antonio Salas Cruz, quien tenía 39 años de edad y vivía en la misma zona donde se encontraba el nosocomio donde trabajaba.
El empleado del IMSS había sido reportado como desaparecido y la Policía Ministerial del Estado (PME) lo estaba buscando cuando uno de los empleados del corralón, alertado por el olor a carne descompuesta, llegó hasta donde se encontraba una camioneta de modelo atrasado y en la batea se encontraba el cuerpo desnudo de Salas Cruz, quien presentaba un avanzado estado de descomposición.
Al empleado le desfiguraron la cabeza y el rostro con una pesada piedra. En ambas manos presentaba signos de haber sido atropellado, como si las llantas de un vehículo se las hubieran pasado encima de ambas extremidades.
Junto al cuerpo fue hallada una pesada piedra con la que se presume fue asesinado, estaba manchada de sangre y fue asegurada por los investigadores para que sea trasladada a la Dirección de Servicios Periciales en Puebla, con el fin de que analice la sangre que lleva impregnada.