La ejecución de Norma Márquez Santiago y de Bulmaro Rosales, ocurrida cerca de las 22 horas del sábado 27 de julio, donde el hijo de esta mujer, de 17 años de edad, y un amigo de la familia fueron heridos por disparos de arma de fuego, comienza a tener tintes políticos, luego de que trascendió que los cuatro encapuchados que allanaron la casa de esta mujer no se llevaron nada de valor, sólo la ejecutaron y se fueron.
De acuerdo con sus vecinos, el martes 30 de julio participaron en el sepelio de Márquez Santiago, donde hubo más de 200 personas. Además, dijeron que ella había participado en forma abierta en la pasada campaña política dentro de la alianza formada por el PRI y el Partido Verde como coordinadora, por lo que incluso el procurador general de Justicia (PGJ), Víctor Antonio Carrancá Bourget, fue advertido de que se deben aclarar los dos crímenes antes de que se violente a la población.
De acuerdo con informes que existen sobre la muerte violenta de Norma Márquez, ella vio cómo se acercaban a su casa cuatro sujetos encapuchados —en Vista Hermosa, Jalpan—, por lo que gritó a su hijo Raymundo García Márquez, de 17 años de edad, que se metiera corriendo, lo mismo le dijo a Bulmaro Rosales y a Luis N., para luego cerrar la puerta.
Los desconocidos volaron la cerradura y se metieron hasta el baño donde Norma se había escondido, ahí le dispararon en dos ocasiones en el rostro, luego le dispararon a la espalda a Bulmaro, quien también murió en el lugar de los hechos, y dejaron herido en el costado derecho al adolescente, lo mismo que a Luis.
El martes fueron los funerales de los dos ejecutados.