Los tres hombres y una mujer detenidos por elementos de la Policía Municipal de Huejotzingo y de la Ministerial del Estado, tras la fuga de un vendedor de autos que había sido secuestrado por estos mismos, quedaron sujetos a arraigo de acuerdo a informes de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), que de manera inicial indican que estos son presuntos responsables de los delitos de secuestro y robo de vehículo.

Los sospechosos son Marcela Garza Rodríguez Duarte, Raúl Aguilar Díaz, Rodrigo Hernández Hernández y Celso Torres Duarte, quienes fueron trasladados a la zona destinada por la PGJ para arraigos, donde cuentan como máximo 30 días para investigar a fondo sus operaciones, que, además de secuestro, podrían incluir delitos contra la salud y otras felonías federales más.

La PGJ confirmó que el miércoles 26 de marzo un hombre dedicado a la compra y venta de vehículos fue “levantado” por un grupo de sujetos que iban a bordo de una camioneta de modelo reciente, de color negro, cuando circulaba por la 25 Poniente, lugar donde ellos mismos lo citaron con el pretexto de comprarle un vehículo Passat que había puesto a la venta.

Tras el secuestro, los sospechosos se comunicaron con los familiares de su víctima para pedirle una considerable suma de dinero, de la que sólo reunieron un millón y lo entregaron, junto con otros vehículos —con todo y factura incluso la del Passat—, en un punto designado por los secuestradores y aún así no entregaron a la víctima.

El domingo 30 de marzo, el secuestrado, que se encontraba en el exbalneario El Rehilete, ubicado en la cuarta sección del Barrio de Huejotzingo y habilitado como “casa de seguridad”, logró escapar sin la ayuda de la policía, para después solicitar el auxilio de la Policía Municipal, a la que también se le anexó la Ministerial del Estado.

Los primeros detenidos fueron dos sujetos que en una motocicleta  vigilaban la casa donde estaba en secuestrado, en calidad de “halcones”, y su declaración fue suficiente para que fueran detenidos otros dos, entre ellos el presunto jefe de la banda, quien es oriundo de Quintana Roo; de los demás, se dijo que eran centroamericanos.
Trascendió que, además de robo de vehículos, secuestro y extorsión, los ahora detenidos se dedicaban al “narcomenudeo”, teniendo su centro de operaciones en San Andrés y San Pedro Cholula.