En la comunidad de San Gabriel Chilac se prendieron los “focos rojos”. Más de 300 habitantes esperan alguna postura del gobierno del estado tras el violento asesinato de Rubén Rosales, de 62 años de edad, sacristán de la iglesia de la comunidad.
El religioso fue hallado con las manos atadas y amordazado con cinta canela, presentaba heridas en el rostro con machete, sin que se pueda precisar si se trató de algún robo o de alguna venganza.
A las 19 horas fue oficializada la muerte del sacristán, luego de que la Policía Municipal fuera notificada y estos hicieran lo mismo ante el Ministerio Público de Tehuacán, que presentó contratiempos para poder realizar las primeras investigaciones.
En tanto esto ocurría, más de 300 habitantes se reunieron a las puertas de la iglesia de San Gabriel Chilac, donde se venera a la Virgen de Guadalupe, en espera de algún posicionamiento de las autoridades gubernamentales ante el crimen que enluta a la comunidad.
Al cierre de la información, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) y la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) permanecían alerta ante cualquier tipo de protesta. Foto: Twitter @Mrtncr