La televisión nacional confirmó hoy que un anciano perdió la vida tras sufrir una caída después de una de las réplicas del lunes.
Por otro lado, las autoridades de Christchurch también señalaron que un centenar de bloques tendrán que ser demolidos de urgencia puesto que sus estructuras ya no son seguras.
El movimiento telúrico de 6,3 grados igualó la magnitud del terremoto que el pasado 22 de febrero devastó la ciudad, dejando 181 muertos.
Muchas carreteras permanecen cerradas o tienen restricciones de circulación, aunque el aeropuerto internacional se reabrió y opera con normalidad.
El primer ministro neozelandés, John Key, visitó esta mañana la zona afectada e indicó que las réplicas son “otro duro golpe a los residentes de Christchurch, que ya han sufrido bastante”.
Key prometió que el Gobierno no cejará en sus esfuerzos por reconstruir la ciudad. Los servicios de emergencia se han concentrado en la llamada “zona cero” del casco urbano, la misma que fue devastada por el seísmo de febrero y donde más de 10.000 casas y comercios han sido ya demolidos.
También buscan llevar ayuda a 3.000 familias que se han quedado sin hogar y pasarán otra noche más a la intemperie y sufriendo temperaturas casi bajo cero en pleno invierno austral en Nueva Zelanda.