La decisión del gobierno del presidente Sebastián Piñera de monitorear las opiniones de los usuarios de las redes sociales ha generado un profundo malestar tanto en sectores políticos como en la propia red.
La medida gubernamental será operada por la empresa BrandMetrice, a un costo anual de unos 32 mil dólares, y permitirá incluso la localización geográfica de quien emita opiniones en la red.
Según medios locales, el software adquirido por el gobierno para monitorear las conversaciones en la red permite detectar opiniones y localizar geográficamente a quienes las emiten.
El senador opositor Jaime Quintana comparó el sistema con la Dirección Nacional de Comunicación Social (Dinacos) de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que era el organismo encargado de visar y censurar los contenidos generados por todo medio en el país.
El legislador señaló que “el gobierno entró en paranoia con Twitter, en medio de intensas movilizaciones ciudadanas y la baja popularidad de Sebastián Piñera en las encuestas”.
El Colegio de Periodistas por su parte pidió al Consejo de Transparencia, órgano que vela por la información pública, que exija al gobierno revelar qué investiga en internet y que hará con la información.
"¿Quiere realmente el gobierno medir las conversaciones en internet? ¿O más bien quiere controlarlas?", cuestionó por su parte el consultor Bastián González.
La decisión del gobierno de Piñera generó además rechazo en las propias redes sociales y a pocas horas de conocerse la noticia, el tema se convirtió en uno de los tópicos más comentados en Twitter bajo las etiquetas “gobiernosapo y “frasespalmonitoreo”.
En general los comentarios coinciden en que el monitoreo gubernamental de las opiniones en la red es una "intromisión en la vida privada”.
Además, los usuarios comenzaron a crear grupos de protesta en la red social Facebook.
El gobierno por su parte, a través de su vocera, la ministra Ena Von Baer, sostuvo que el monitoreo es para saber de qué se habla en la Web, “lo que la gente piensa, para poder ajustar las políticas sociales”.
Von Baer aseguró: “nosotros acá no estamos haciendo nada que no sea mirar opiniones públicas, son opiniones que las personas vierten en un sistema de comunicación pública y lo que nosotros estamos haciendo es ver lo que la gente dice”.
Por su parte, el consultor web del presidente chileno, Pablo Matamoros, justificó la decisión diciendo que el gobierno tiene la "responsabilidad de escuchar lo que sucede en las redes sociales digitales". "No es algo fascistoide", aseguró.