Piedra Calderón fue uno de los 12 fieles que compartieron este día un almuerzo privado con el obispo de Roma en la sede de la nunciatura apostólica (embajada vaticana) en Madrid, como parte de las actividades de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2011.
“Le conté sobre la situación de los jóvenes en América Latina, le dije que todavía buscan a Jesús, aunque haya tantas dificultades. El Papa me prometió oraciones para los jóvenes latinoamericanos y me dijo que apreciaba el análisis que había hecho”, externó.
Reveló que durante la comida, que duró más de una hora y en la cual también estuvo presente el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela, los participantes hablaron en italiano, inglés, español y francés.
Se trató de dos representantes de España, dos africanos (República Democrática del Congo y Ruanda), dos asiáticos (Taiwán y Vietnam), dos europeos (Eslovaquia y Francia) así como dos delegados de Oceanía (Australia y Nueva Zelanda).
Además de Piedra Calderón, del continente americano asistió la estadunidense Michelle Louise Hatfield, de 22 años.
Según relató Aurora María Almagro, una de las comensales españolas de 21 años, el menú fue ligero: verduras, pescado y como postre un helado. “Pero, de todas formas, yo comí poquísimo porque estaba muy emocionada”, dijo.
“El Papa hizo de todo para que nos sintiéramos cómodos. Más que hablar, quiso escuchar; nos acogió con mucha simpatía, bromeó con nosotros”, añadió.
“Benedicto XVI se mostró sensible hacia nuestros problemas, incluso los problemas económicos debidos a la crisis –continuó–, se interesó mucho por nosotros. Durante nuestro diálogo, algunos lo invitaron a que visitara sus países”.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, precisó que en la mesa papal no hubo “acomodados” porque los participantes fueron elegidos al azar entre los voluntarios de la JMJ, mismo sistema utilizado con los tres jóvenes que serán confesados mañana sábado por el pontífice.
“Nos habló de las nuevas tecnologías, de Facebook, y nos dijo que la Iglesia se comunica desde hace dos mil años y que hoy tiene que estar presente también en el espacio virtual, usándolo para anunciar el Evangelio”, apuntó el francés Olivier Richard.