Esta mañana una gran explosión se registró en la sede de la ONU en Abuja, muy cerca de la embajada de Estados Unidos y otros edificios diplomáticos, dejando el inmueble parcialmente destruido.
“Hasta el momento se desconoce el número exacto de víctimas... sabemos que fue una bomba... el atentado fue al filo de las 11:00 de la mañana y es un edificio en el que trabaja mucha gente", señaló la jefa de prensa de la ONU en Ginebra, Corinne Moamal.
El edificio atacado, donde trabajan unas 400 personas, agrupa a varias agencias de la ONU, entre ellas el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Hasta el momento nadie se ha atribuido el ataque, aunque se teme que esté involucrada la secta Boko Haram, la cual recientemente perpetró atentados principalmente en el noreste del país africano.
En 2009, el Ejército nigeriano frenó una rebelión de miembros de la secta que dejó cientos de muertos, sin embargo sus militantes volvieron a cometer atentados a partir de 2010, además de varios asesinatos.
Las autoridades del país africano han manifestado temores de que la secta estableciera contactos con grupos radicales de otros países, como Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) que actúa más al norte.
Este ataque contra la ONU hizo recordar el atentado del 19 de agosto de 2003 en Bagdad, que dejó 23 muertos.
Entre ellos el brasileño Sergio Vieira de Mello, quien se encontraba en Irak como representante especial del entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan, y quien también fue Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos.