China negó hoy haber proporcionado o vendido armas al régimen de Muamar Gadafi en las semanas previas a la toma de Trípoli, al salir al paso de versiones de prensa de que intentó vender armamento al país pese al embargo impuesto por las Naciones Unidas.
“Las empresas chinas no han proporcionado productos militares a Libia, en cualquier forma directa o indirecta”, aseguró en rueda de prensa la portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores, Jiang Yu, citado por el sitio Channel News Asia.
Reconoció que emisarios del régimen de Gaddafi viajaron a mediados de julio pasado a China y mantuvieron conversaciones con un “puñado” de compañías de armamento chinas, pero sin el conocimiento del gobierno.
Sin embargo, Jiang declinó aclarar a la prensa cómo se pudo llevar a cabo un encuentro entre ambas partes sin conocimiento del gobierno
“Las compañías chinas no firmaron contactos para el comercio de armas, ni exportaron ningún artículo militar a Libia”, dijo Jiang. “Creo que las agencias a cargo del comercio de armas abordarán este asunto seriamente”, agregó.
El diario canadiense Globe and Mail, citando miembros del Consejo Nacional de Transición de Libia (CNT), publicó que China ofreció enormes reservas de armas a Gadafi y sostuvo conversaciones secretas sobre el envío a través de Argelia y Sudáfrica.
Según el rotativo, las compañías estatales de armas chinas estaban dispuestas a vender armas y municiones por valor de al menos 200 millones de dólares a Gadafi a finales de julio, a pesar del embargo impuesto por las Naciones Unidas.
La noticia de Globe and Mail se publica cuando China aún no ha reconocido de manera oficial al CNT como autoridad legítima de Libia y después de que éste pusiera en duda los acuerdos petroleros con Pekín, al no haber respaldado los ataques de la OTAN contra Gadafi.
“China respeta la elección realizada por el pueblo libio y valora el importante papel desempeñado por el CNT, por lo que queremos mantener un contacto cercano con el consejo”, reiteró este lunes Jiang.
Tras ser uno de los más importantes aliados del régimen de Gadafi, Pekín cambió su discurso en las últimas semanas con la intención de participar en la reconstrucción del país africano.
China compra 11 por ciento de su producción petrolera a Libia, equivalente a 1.5 millones de barriles diarios o a un 3.0 por ciento del consumo del país asiático, el segundo mayor consumidor del mundo.
Además, China tenía en Libia medio centenar de proyectos de energía, telecomunicaciones e infraestructuras valorados en 18 mil 800 millones de dólares en los que trabajaban unos 35 mil chinos, que han sido evacuados desde que inició la rebelión a mediados de febrero pasado.