Estados Unidos prometió hoy ayuda a sus aliados en el mundo para diseñar estrategias locales que reduzcan el atractivo de las organizaciones criminales y su capacidad de reclutamiento de personas para ejecutar actos terroristas.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, anunció la creación de una oficina dedicada a asistir a otros países a combatir este flagelo, así como un foro encabezado por Estados Unidos y Turquía para ofrecer apoyo a sus aliados en la guerra contra el terrorismo.

En un discurso en la Universidad John Jay de Nueva York, a dos días antes de la conmemoración del décimo aniversario de los ataques del 11 de septiembre de 2001, Clinton destacó que en la guerra contra el terrorismo hace falta operar “con un bisturí y no con un martillo”.

“Debemos empezar a cortar la cadena de reclutamiento y crear oportunidades económicas para los jóvenes que las necesitan. Generar confianza en las comunidades. Eso reduce el atractivo del terrorismo en el mundo”, explicó Clinton durante un discurso de más de media hora.

Recordó que el mayor número de víctimas de ataques terroristas en el mundo son musulmanes, y que por ello la intención de Estados Unidos es tener “más amigos y menos enemigos” para combatir en este frente.

La víspera, funcionarios del gobierno informaron de una amenaza de ataque en las ciudades de Washington y Nueva York a propósito de la conmemoración del aniversario del 11 de septiembre.

En ese sentido, Clinton confirmó que el gobierno registró la víspera una amenaza “creíble, pero no confirmada”, de que Al-Qaeda “busca de nuevo lastimar a los estadunidenses”.

La canciller destacó que Estados Unidos debe transmitir al mundo no sólo las amenazas contra las que lucha, sino también los valores por los que combate, entre los que destacó la tolerancia, la igualdad de oportunidades, los derechos humanos y el imperio de la ley.

Clinton insistió además que por la guerra contra el terrorismo Estados Unidos no debía sacrificar los valores que lo han forjado como nación, como su apertura a la inmigración y a las nuevas ideas.

“Cerrar las fronteras, por ejemplo, puede detener a algunas de las personas que nos pueden hacer daño, pero también nos privará de muchos emprendedores y de su energía, de la gente que nos ha ayudado a formarnos como nación”, enfatizó Clinton.