Al menos 25 personas murieron y más de 100 resultaron heridas hoy por disparos de las fuerzas yemenitas en Saná y en Taiz, un día después de la represión contra una manifestación contra el presidente Ali Abdullah Saleh, que dejó 26 decesos.

Entre los 21 fallecidos en Saná se encuentran dos menores -un bebé y un niño- que fueron alcanzados por los francotiradores que abrieron fuego contra los transeúntes y manifestantes que protestaban en la llamada Plaza del Cambio, según activistas y fuentes hospitalarias.

En la ciudad de Taiz, otras cuatro personas murieron y decenas resultaron heridas cuando las fuerzas de seguridad reprimieron a balazos y gases lacrimógenos a los manifestantes.

Según testigos, citados por la cadena de televisión qatarí Al Yazira, las fuerzas del orden cargaron violentamente contra los opositores a Saleh que durante la noche habían conseguido ampliar su campamento en la Plaza del Cambio.

Fuentes médicas no descartaron que el número de muertos se eleve debido a que continúan los violentos enfrentamientos en ambas ciudades, escenarios de multitudinarias protestas contra el presidente Saleh, en poder desde hace 33 años.

La oposición yemenita, que ha prometido seguir adelante con las manifestaciones pese a la represión, acusa al régimen de Saleh de utilizar francotiradores para disparar a los manifestantes desde los techos de los edificios aledaños a la Plaza del Cambio.

Los enfrentamientos en Saná se desataron al intentar la Guardia Republicana y las fuerzas de seguridad desalojar a grupos de manifestantes que se encontraban en las cercanías de la Plaza del Cambio y que intentaban dirigirse al palacio presidencial.

En Taiz, los incidentes comenzaron por motivos similares, ya que, según testigos, los participantes en las protestas contra Saleh trataron de alcanzar la zona del palacio presidencial de esa ciudad.

Estos enfrentamientos coinciden con la llegada este lunes a Saná del enviado especial de Naciones Unidas para Yemen, Yamal Ben Omar, para seguir el desarrollo de la situación en el país, donde la víspera la represión dejó 26 muertos, reportó la agencia yemenita de noticias SABA.

Así como del arribo del secretario general del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), Abdelatif al Ziani, artífice de una iniciativa para lograr un traspaso pacífico del poder en el país.

Ante el recrudecimiento de la violencia en Yemen, el gobierno de Rusia llamó este lunes a las autoridades y a la oposición a poner fin a los enfrentamientos y represión, que se han cobrado la vida de casi medio centenar de personas y han dejado cientos de heridos en Saná y Taiz.

“En relación con la nueva ola de enfrentamientos en Yemen, llamamos a las partes involucradas a abstenerse de la violencia”, señaló el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores en un comunicado, en el que agregó que “la única salida a la situación es el diálogo directo”.

Yemen vive desde el pasado 27 de enero una revuelta popular que pide la renuncia de Saleh, quien se encuentra en Arabia Saudita recuperándose de las heridas que sufrió en un ataque con cohetes contra su cuartel general en Saná en junio anterior.

El pasado 12 de septiembre, Saleh delegó la autoridad en su vicepresidente Abdo Rabu Mansur Hadi para negociar un traspaso pacífico del poder, un gesto que sigue sin satisfacer las demandas de los opositores.