La prisión de Abú Salim era la más conocida de las prisiones utilizadas por el régimen del derrocado líder libio, Muamar Gadafi, para encarcelar a los opositores políticos y en ella se perpetraban torturas de forma cotidiana.
Fue escenario de una sangrienta masacre en 1996, cuando unos 2.000 internos fueron asesinados, según informes de organizaciones de defensa de los Derechos Humanos.
Este descubrimiento ha sido posible gracias los informes suministrados por un simpatizante del régimen de Muamar al Gadafi, detenido horas antes. Las fuentes han explicado que el simpatizante del régimen de Gadafi ha precisado el lugar exacto de la fosa después de ser interrogado.
El jefe del Consejo militar de Trípoli, Abdelhakim Belhadj, que ha estado detenido durante muchos años en la prisión de Abú Salim ha afirmado que las fuerzas rebeldes han estado recopilando información sobre el emplazamiento de la fosa común pero que aún existen incertidumbres al respecto.
Este establecimiento penitenciario situado en la capital libia tiene una siniestra reputación, los adversarios al régimen que fueron detenidos durante los años del gobierno de Gadafi aseguraron que fueron torturados sistemáticamente con diversas tecnologías.
Esta prisión albergó también a los presos acusados de pertenecer al Grupo Islámico Libio de Combate (GICL) quienes al parecer fomentaron un intento de rebelión de la población reclusa que terminó con la masacre de 1996, una de las mayores masacres de la historia del país.
A finales del mes de agosto, cuando los rebeldes lograron el control de Trípoli los habitantes próximos a este complejo penitenciario abrieron las puertas y liberaron de centenares de detenidos.