El ataque se produjo en el área de Akhtarabad, cerca de Quetta, capital de la provincia de Baluchistán, cuando los atacantes, a bordo de motocicletas, obligaron al conductor del autobús antes de comenzar a disparar de manera indiscriminada.
La policía acordonó la zona y las víctimas fueron trasladados a un hospital militar, mientras los atacantes huyeron antes de que la policía llegara a la escena de los hechos.
El jefe de operaciones de la Policía de Quetta, Hamid Shakeel, apuntó que el ataque es de tipo sectario, pues todas las víctimas son chiítas, de la etnia hazara.
Hasta el momento ningún grupo ha reivindicado el ataque contra el autobús, en el que viajaban entre 20 y 30 personas, pero Shakeel consideró que fue perpetrado por “una de las bandas sectarias” que operan en Quetta, una ciudad con un largo historial de atentados.
En la ciudad de Quetta, donde operan varias organizaciones insurgentes, como los talibanes, son habituales los atentados y ataques de carácter étnico, es decir entre los radicales sunnitas y chiítas.