La conferencia internacional para reducir la violencia armada en el mundo concluyó reconociendo la necesidad de mayores controles del flujo de armas ilegales y un mejor monitoreo de su comercio, señaló el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Durante dos días, más de 400 representantes de 80 países participaron en la Segunda Conferencia de Examen de la Declaración de Ginebra sobre Violencia Armada y Desarrollo.

La Declaración de Ginebra fue adoptada por primera vez por 42 estados en una cumbre realizada en esta ciudad en 2006 por iniciativa del gobierno suizo y el PNUD.

Hasta ahora se han adherido 112 países, los más recientes Emiratos Árabes Unidos y Bélgica, sin embargo naciones como Estados Unidos, China, Irán, India y Rusia no son signatarios.

Más de medio millón de personas pierden la vida violentamente cada año

Al concluir la reunión, los delegados aceptaron por unanimidad un documento final con un plan de acción de diez puntos para lograr "reducciones cuantificables en la carga mundial de la violencia armada y mejoras tangibles en el desarrollo", indicó.

Más de medio millón de personas pierden la vida violentamente cada año, sin embargo, sólo una de cada diez de esas muertes se producen en situaciones de conflicto, tales como la guerra, agregó.

Una cuarta parte de las víctimas se concentra en 14 países, y la mitad de ellos en América Latina, señaló el organismo de la ONU que estimó que los impactos van mucho más allá de las personas cuyas vidas se pierden pues afecta a comunidades enteras.

"La violencia armada pone en peligro el desarrollo, frena el crecimiento económico, y a menudo socava a los gobiernos legítimos", dijo la directora del PNUD, Helen Clark, en su discurso de apertura de la conferencia.

"Esto aumenta el costo de la aplicación de la ley y del cuidado de la salud, lo que impone una carga económica a los países que difícilmente pueden pagar", estimó Clark.

Asimismo, la presidenta de Suiza, Micheline Calmy-Rey, señaló que como resultado de una serie de iniciativas en todo el mundo, entre ellos la Declaración de Ginebra sobre Violencia Armada y Desarrollo, los países deben sumar sus esfuerzos para hacer frente a las condiciones que se conducentes a la violencia armada.

"Ya sea mediante la prestación de una mejor actuación policial, la ampliación del acceso a la justicia, o el desarrollo de los sistemas educativos que promueven la inclusión, la tolerancia y la ciudadanía" argumentó Calmy Rey.