El autor confeso de los ataques de julio pasado, Anders Behring Breivik, fue declarado demente, por lo que no es responsable penalmente del atentado en Oslo y la matanza en la isla de Utoya, que dejaron 77 muertos, informó hoy la Fiscalía noruega.
El examen psiquiátrico reveló que Breivik padece "esquizofrenia paranoide" y "delirios", por lo que no es responsable del atentado explosivo contra la sede del gobierno de Oslo ni de haber matado a tiros a decenas de personas en un campamento juvenil de Utoya.
“Anders Behring Breivik no estaba en plena posesión de sus facultades mentales cuando cometió los atentados del 22 de julio, por tanto no debería asumir responsabilidades penales por las 77 muertes”, destacó el informe entregado este martes al Tribunal de Oslo.
De acuerdo con el documento de 230 páginas, que debe ahora ser estudiado por la Comisión de Medicina Forense, el terrorista de 32 años de edad estaba en estado psicótico cuando cometió la matanza en Utoya, según un reporte del diario The Norway Post en su página web.
En una rueda de prensa, el fiscal Inga Bejer Engh explicó que conforme al dictamen médico, el llamado “asesino de Oslo” desarrolló una esquizofrenia paranoide durante un largo período "que lo ha convertido en la persona que es ahora".
"Vive en su universo propio de delirios de grandeza, lo que afecta a todos sus pensamientos”, destacó, tras recordar que la Comisión de Medicina Forense deberá emitir el fallo definitivo sobre el informe médico antes de Navidad, lo que determinará el destino de Breivik.
Sin embargo, el fiscal aclaró que según los principios jurídicos vigente en Noruega, cuando una persona sufre un estado psicótico al cometer un acto punible no puede enfrentar a la justicia ni ser sujeto de una condena.
En un manifiesto difundido a través de redes sociales en Internet, Breivik aseguró que la matanza era parte de su lucha para defender a Europa de una invasión musulmana, impulsada por el Partido Laborista de "marxistas culturales" en Noruega y la Unión Europea (UE).
El terrorista se considera a sí mismo como fundamentalista cristiano y "el caballero más perfecto desde la II Guerra Mundial", y cree que su organización, los Caballeros Templarios, asumirá el poder en Europa y él será el regente en Noruega.
“Breivick vive en su universo propio de delirios de grandeza, lo que afecta a todos sus pensamientos, cree que ha sido designado para decidir quién debe vivir y quién no y para salvar a la humanidad”, indicó por su parte el fiscal Svein Holden.
La muerte de las 77 personas, que el detenido define como "ejecuciones", fueron hechas "por amor a su gente", subrayó Holden sobre el reporte médico, elaborado por los psiquiatras Synne Sorheim y Torgeir Husby, tras 13 diferentes entrevistas que duraron 36 horas.
Pese a que el contenido completo del informe de 230 páginas es confidencial, Holden reveló que algunas partes pueden darse a conocer para disipar las dudas sobre la demencia de Breivick, quien de ser declarado responsable podría ser sentenciado hasta 21 años de prisión.