En un discurso en la localidad de Tolón, la misma en la que en septiembre de 2008 arremetió contra las derivas del capitalismo, el presidente galo aseguró que hará "todo lo posible para que Francia y Alemania converjan y sean el polo de unidad" desde el que reforzar la Unión.
El continente, aseguró, se va a refundar "sacando de manera práctica las lecciones de la crisis" y teniendo en cuenta que "defender el euro es defender Europa". Estas son algunas de las líneas maestras que, sin grandes concreciones, ha avanzado este jueves:
Nuevo tratado: La convergencia franco-alemana pasa, según Sarkozy, por la reforma del "imperfecto" tratado de Lisboa. "Francia está trabajando con Alemania para crear un nuevo tratado europeo, refundando y repensando la organización de Europa en busca de un verdadero Gobierno económico".
Repensar Schengen: "La Europa que ha hecho aplicar en el interior el principio de la libre circulación y que no controla sus fronteras exteriores no puede durar".
Solidaridad, pero con disciplina: Europa "no es una opción, sino una necesidad", aseguró. Según Sarkozy, debe quedar "absolutamente claro que todos los países de la zona euro sean solidarios unos con otros". Eso sí, "más solidaridad exige más disciplina, porque esta no debe fomentar la laxitud". "Lo que se ha hecho por Grecia, en un contexto muy especial, no se volverá a repetir", avisó.
Regla de oro y sanciones: Esa mayor disciplina presupuestaria se traducirá en la llamada "regla de oro presupuestaria" sobre el déficit público: "Cada país de la zona euro debe adoptar una regla de oro que inscriba en su orden jurídico el objetivo del equilibrio presupuestario". Además, "instauramos sanciones más rápidas, más automáticas y más severas para aquellos que no respeten sus compromisos. Reforzamos los dispositivos de prevención para que las derivas que hemos conocido no se vuelvan a producir", advirtió.
Cooperación, pero no menos soberanía: El presidente galo aboga por tomar más decisiones "por mayoría cualificada" (y no por unanimidad, como se hace hasta ahora en las cumbres europeas), rechazando "la marcha hacia más control supranacional". "Europa no significa menos soberanía, sino más porque se incrementa la capacidad de actuar. Defenderemos mejor nuestra soberanía con nuestros aliados, no nosotros solos", incidió.
Trabajar más y durante más años: Francia está "pagando caro" el tener una jornada laboral de 35 horas y que, hasta el año pasado, la edad de jubilación fuera hasta los 60 años. Es mejor trabajar más y durante más años, que reducir las pensiones o los salarios, defendió. "La reforma de la financiación de nuestro modelo social se ha convertido en una urgencia absoluta", aseguró el presidente francés.
BCE: El mandatario galo no ve necesario modificar el rol del Banco Central Europeo (BCE), que "tiene un papel determinante, es independiente y se va a mantener".