“Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a la delegación del Estado de Puebla, México, con su gobernador Rafael Moreno Valle Rosas”, dijo el pontífice ante más de cinco mil 500 fieles en el Aula Pablo VI.
“Agradezco su presencia y las muestras de la rica artesanía mexicana que han traído, y espero, con la ayuda de Dios, poder ser yo esta vez quien visite su país”, apuntó.
Cuando hizo referencia a su visita apostólica a tierras mexicanas, decenas de peregrinos presentes afirmaron con un largo aplauso y, muchos de ellos, agitaron banderas tricolores.
Los asistentes pudieron admirar –montadas sobre el escenario del aula- las artesanías modeladas por artistas poblanos: un nacimiento de grandes dimensiones realizado en cerámica talavera y los adornos de un abeto.
Al finalizar la audiencia el líder católico saludó personalmente a la delegación de Puebla, encabezada por el gobernador y compuesta por unas 11 personas y el embajador de México ante la Sede Apostólica, Héctor Federico Ling Altamirano.
Moreno Valle, quien iba acompañado de su esposa, regaló un rosario de plata labrado por artesanos de su Estado e intercambió unas palabras con Joseph ratzinger. Recibió a cambio un rosario precioso del pontificado.
También recibió al arzobispo de esa localidad mexicana, Víctor Sánchez Espinosa, acompañado por sus auxiliares Eugenio Lira Rugarcía y Dagoberto Sosa, además del obispo de Tehuacán, Rodrigo Aguilar.
Luego se acercó hacia donde se encontraban las piezas artesanales, observó el nacimiento dentro de un portal que representó una construcción arquitectónica de típico estilo poblano, y lo bendijo.
Mientras todo esto ocurría, decenas de feligreses presentes entonaban las tradicionales porras mexicanas: “¡se ve, se siente, el Papa está presente!”.