La falta de acceso adecuado a servicios de salud para los migrantes en la mayoría de los países es una omisión preocupante de salud pública que requiere reparación urgente, afirmó hoy la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

En el marco del Día Internacional del Migrante, que se conmemora el próximo 18 de diciembre, el organismo señaló que en un mundo cada vez más interconectado y con desplazamientos continuos, "uno de los retos que enfrenta la salud mundial es la migración".

En el mundo hay más de mil millones de migrantes, de los cuales 214 millones son migrantes internacionales.

Por tal razón, subrayó, la salud es un derecho fundamental y en momentos en que varias sociedades dependen de su trabajo y de sus remesas que solamente en 2011 ascendieron a 404 mil millones de dólares.

“Los Estados aceptan hacer frente a las desigualdades de salud en las comunidades vulnerables de sus países. Esto debe incluir a los inmigrantes que por desgracia son uno de los grupos más discriminados y vulnerables en la sociedad", dijo el director general de la OIM, William Lacy Swing.

En un encuentro con la prensa, Swing añadió que los migrantes “siguen siendo en gran medida invisibles en la agenda mundial de salud ", lamentó.

Señaló que los migrantes se encuentran entre los grupos más afectados por la falta de acceso a los servicios de salud.

Swing dijo que en gran medida los principales obstáculos son administrativos, diferencias lingüísticas o culturales, la falta de servicios de salud asequibles o seguro de salud, la situación legal y el hecho de que los migrantes suelen trabajar jornadas extremadamente largas y fuera de lo normal.

Los inmigrantes en situación irregular son los más vulnerables y más expuestos a situaciones de violencia, a explotación y condiciones de trabajo inseguras debido a su situación legal, sostuvo.

Además, el temor a la deportación provoca que los inmigrantes irregulares no busquen ayuda médica "a menos que sea una emergencia o demasiado tarde".

En la actualidad, solo unos pocos países ofrecen acceso a los servicios de salud "para todos", incluidos los migrantes irregulares, entre ellos Argentina, Brasil, Francia, Portugal y España.

La OIM subrayó la necesidad de incluir a los inmigrantes en los sistemas de salud especialmente por crisis sanitarias recientes, como el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) y la gripe aviar o la reaparición de enfermedades como la tuberculosis.

"El progreso mundial en este tema es muy lento", lamentó Swing, pero destacó pasos positivos como la resolución 61.17 de la Asamblea Mundial de la Salud en 2008, que insta a los miembros de la OMS a promover el acceso de los migrantes a sistemas de salud.

Asimismo la resolución de la Eurocámara sobre la reducción de las inequidades de salud en la Unión Europea (UE) en marzo de 2011 y la declaración de los países asiáticos de origen de migrantes llamando a las naciones de destino a implementar políticas de salud inclusivas para sus nacionales.

"Estos son pasos significativos”, reconoció Swing, aunque insistió en que se necesita que las declaraciones y resoluciones se conviertan en acciones concretas y tangibles.

La restricción de los inmigrantes irregulares para tener acceso solamente a servicios de emergencia "no se basa en principios sólidos de salud pública", subrayó.

Estas restricciones conducen a la mala salud de la persona y aumenta los riesgos de salud pública, sobre todo si se trata de enfermedades infecciosas. También a la larga es más caro debido a la falta servicios de salud preventiva y primaria.

A pesar de las sensibilidades políticas y sociales de la migración, la mayoría de los gobiernos ha reconocido que los inmigrantes son una necesidad económica que los países no pueden prescindir, enfatizó la OIM.

Sin embargo, el organismo sostiene que "los inmigrantes son ante todo seres humanos que no deben ser vistos como simples mercancías que representan un valor económico y que son fácilmente reemplazables".

"Los migrantes han demostrado una y otra vez su contribución positiva al desarrollo de las sociedades y economías”

“Su exclusión de los servicios de salud no es solo una negación del derecho humano básico a la salud, sino también una complacencia equivocada a los temores del público que tiende a percibir a los migrantes como una carga para los servicios sociales ", afirmó Swing.

"Ahora es el momento para que los países actúen y tomen las medidas necesarias para hacer valer el principio universal que defiende el derecho a la salud ‘para todos’”, concluyó el director general de la OIM.