“Estamos pasando la página de la crisis financiera. En el trascurso de los últimos meses hemos profundamente reformado la UE”, afirmó en rueda de prensa tras la conclusión de una cumbre de jefes de Estado y de gobierno de los 27 Estados miembros de la UE en Bruselas.
A juicio del presidente francés, la estrategia europea para superar la peor crisis de su historia, rechazada por los ciudadanos de los países más afectados y criticada por los sindicatos, “ha sido coherente”.
“Estoy convencido que no hay otra solución que reembolsar las deudas y reducir el déficit, aunque debemos, igualmente, impulsar el crecimiento y el empleo. El nuevo tratado (pacto fiscal europeo) no impide el retorno al crecimiento y al empleo”, sostuvo.
El optimismo del presidente francés choca con la opinión expresada minutos después, en otra sala, por su mayor aliada, la canciller alemana, Angela Merkel.
“Estamos todavía en una situación frágil. Hemos realizado progresos, pero decir que ahora podemos considerar el campo libre (de riesgos) sería demasiado prematuro”, sostuvo Merkel.
Sarkozy dijo que “aún queda mucho por hacer antes de que la zona del euro vuelva a una situación completamente normal”.