Estados Unidos pagó una media de 10 millones de dólares anuales en los últimos tres años a informantes para capturar a capos del narcotráfico en el mundo entero, de acuerdo al testimonio de un alto funcionario del Departamento de Estado ante el Congreso difundido este jueves.

El Programa de Recompensas contra el Narcotráfico fue creado en 1986 y desde entonces ha desembolsado 71 millones de dólares, informó su responsable, el vicesecretario adjunto de Estado, Brooke Darby.

"Puedo decir que en toda América Latina, y particularmente en Colombia, México y Venezuela, el Programa ha servido para detener a importantes narcotraficantes", explicó Darby, que encabeza la Oficina de Lucha contra el Narcotráfico en el Departamento de Estado.

Entre los líderes de organizaciones que cayeron gracias al programa está el fallecido comandante de las FARC colombianas, Alfonso Cano, en noviembre pasado, o el capo narcotraficante también colombiano Guillermo León Sáenz-Vargas, capturado en 2010.

El vicesecretario puso como ejemplo durante la audiencia, celebrada el miércoles, las recompensas que fueron anunciadas por la captura de miembros del cártel de los Beltrán-Leyva en México, en diciembre de 2009.

Pocos días después murió en un enfrentamiento con fuerzas especiales el "Jefe de jefes" de esa organización, Marcos Arturo Beltrán-Leyva.

Cuatro meses después, en abril de 2010, fue capturado el responsable de logística del cártel, José Gerardo Alvarez-Vásquez.

Después de lograr la captura de un capo, se le paga al informante y se informa al Congreso estadounidense en un plazo de 30 días, describió el alto funcionario.

"Uno de esos objetivos capturados, sobre el cual había una recompensa de 5 millones de dólares, explicó a los agentes de la Administración Antidrogas (DEA) que después de que su nombre fuera publicado ya no pudo confiar en nadie en su jerarquía, y la capacidad de mantener control sobre su organización disminuyó. Por primera vez se sintió una presa", aseguró el alto funcionario.

La audiencia se celebró porque un legislador republicano ha presentado un proyecto de ley para transformar ese Programa y otros del Departamento de Estado para proponer recompensas por cualquier tipo de actividad criminal, incluidos genocidio o crímenes de guerra.