El empresario Erasmo Ponce, conocido como el “Rey de la tortilla” en Nueva York, esperará en libertad su juicio, programado para junio próximo, en el cual enfrentará 49 cargos, informó hoy su abogado Manuel Portela.

“No estamos de acuerdo en que la fiscalía presentara cargos criminales, porque trabajamos durante meses con las autoridades para encontrar soluciones negociadas a las acusaciones”, explicó Portela en entrevista con Notimex.

El defensor indicó que luego de que Ponce, de origen mexicano, fuera arrestado el miércoles pasado en Nueva York, transcurrieron sólo cuatro horas y media para que fuera liberado bajo palabra de la penitenciaría, sin necesidad de pagar fianza.

Ponce, dueño de la tortillería Chinantla en el condado de Brooklyn, enfrenta 26 cargos criminales y 23 cargos por delitos menores o faltas administrativas.

El abogado prepara con su cliente los argumentos para convencer a la fiscalía de que los cargos presentados con Ponce pueden ser resueltos mediante negociaciones administrativas y no a través de un juicio penal.

“La fiscalía ingresó esa demanda pese a que nosotros llevábamos meses negociando con las autoridades para resolver los pendientes que teníamos de manera administrativa”, sostuvo Portela.

Los cargos se refieren a supuestas fallas en las medidas de seguridad en el negocio Chinantla, deudas en los pagos de salarios y compensaciones de empleados y falsificación de documentos.

Los problemas para Ponce comenzaron en enero de 2011, cuando el trabajador de origen guatemalteco Juan Baten perdió la vida al caer en un molino de harina para fabricar tortillas. Tras el incidente, autoridades investigaron las actividades del empresario.
Portela declinó mencionar si algunos de los cargos criminales de Ponce derivaban directamente del accidente fatal de Baten o si se debían a nuevas faltas detectadas por las autoridades.

Sin embargo, subrayó que Ponce se había hecho responsable por la muerte de su empleado, y había acordado pagar 300 mil dólares de compensación a la familia de la víctima, de los que ya había sufragado 50 mil dólares.

Sobre los supuestos adeudos de salarios, compensaciones y falsificación de documentos, Portela manifestó que ninguno de los empleados de Chinantla presentó alguna queja o denuncia, y aclaró que las autoridades basaron sus acusaciones en registros oficiales.

“En 20 años de operación de la empresa nunca hubo queja de ningún empleado por falta de seguridad. Eso es impresionante. Y nunca hubo queja en el Departamento del Trabajo porque la tortillería no pagara o compensara a empleados”, declaró el abogado.

Ponce, quien llegó a Nueva York en 1989 en condiciones de pobreza, montó su negocio para fabricar tortillas al cabo de trabajar durante tres años. Ahora, Chinantla vende más de un millón de tortillas diarias en Nueva York y los estados de Nueva Jersey y Connecticut.

Para Portela, el hecho de que la fiscalía haya decidido presentar cargos criminales contra Ponce es una estrategia de las autoridades para mandar un mensaje a los pequeños empresarios de que no será tolerada ninguna violación a los códigos de seguridad y derechos laborales.

“Ponce ha hecho mucho bien a la comunidad durante muchos años, además de que ha contribuido de manera importante a la economía de Nueva York”, enfatizó Portela.