Venezuela lleva meses virtualmente en campaña electoral. Pero desde el pasado domingo es oficial: 97 días de desafío entre el aspirante Henrique Capriles y el favorito en las encuestas, el presidente Hugo Chávez.
En los comicios del 7 de octubre, Capriles además de enfrentarse al orador locuaz e incansable que es Chávez –algo mermado por el cáncer– tendrá delante toda la maquinaria propagandística estatal que, denuncia el aspirante opositor, tiene a su disposición el presidente.
Chávez cuenta a su favor con el fervor editorial de medios estatales, sobre todo Venezolana de Televisión (VTV), y con el hecho de que los canales más vistos, Televen y Venevisión, hace años que abandonaron la abierta batalla que mantenían en su contra por "posturas más equilibradas": mucho entretenimiento y poca noticia.
Además, y, tal vez más importante, durante los más de tres meses que dura la larga campaña electoral el presidente podría llegar a valerse de las "cadenas" y la "publicidad institucional".
Durante los últimos años, el ejecutivo ha usado tanto las conexiones en directo obligatorias para radios y televisiones como los diez minutos al día de publicidad institucional a que obliga la Ley Resorte para que la sombra de Chávez se alargue también sobre los medios que le son críticos.
Y Capriles se ha quejado amargamente ante la posibilidad de que Chávez siga haciendo uso de esas poderosas armas propagandísticas para fines proselitistas.
Sin embargo, la ministra Maripili Hernández, coordinadora de comunicación de la campaña presidencial, le aseguró a BBC Mundo que de ahora en más "las cadenas no harán referencias a temas de campaña".
"En la última transmisión de cadena, un gobernador estatal hizo una referencia de campaña y el propio presidente le llamó la atención al aire porque las cadenas son para actos de gobierno y no actos políticos", dijo Hernández.