El Papa Benedicto XVI invocó hoy el “silencio de las armas” en Siria y al cese de toda la violencia en Medio Oriente, tras presidir una misa multitudinaria en el City Center Waterfront de Beirut, evento central de su visita en Líbano.
Ante unas 500 mil personas que asistieron a la celebración eucarística, el pontífice rezó la oración mariana del Angelus y pronunció un discurso en el cual instó a pedir a la Virgen que interceda ante Dios por los habitantes de Siria y los países cercanos implorando el don de la paz.
“Ustedes conocen bien la tragedia de los conflictos y de la violencia que genera tantos sufrimientos. Por desgracia el fragor de las armas continúa haciéndose sentir, como también el grito de viudas y de los huérfanos. La violencia y el odio invaden la vida, las mujeres y los niños son las primeras víctimas”, dijo.
“¿Por qué tantos horrores? ¿Por qué tantos muertos? Hago un llamado a los países árabes y a la comunidad internacional para que, como hermanos, propongan soluciones practicables que respeten la dignidad de toda persona humana, sus derechos y su religión”, agregó.
Estableció que quien quiere construir la paz debe dejar de ver al otro como un mal a eliminar, aunque reconoció que no es fácil ver en el otro una persona que se debe respetar y amar, pero advirtió que -aún así- es necesario hacerlo si se desea la paz, si se quiere la fraternidad.
La misa fue el momento culminante de la visita apostólica de tres días que inició Benedicto XVI el viernes pasado y que concluirá la tarde de este domingo.