“La disminución constante de los ingresos disponibles en los hogares y la pobreza infantil creciente reflejan la existencia de una crisis real de emergencia social” en Europa, alertó en un comunicado el comisario europeo de Empleo, László Andor.
Esta situación subraya “la necesidad de aumentar la inversión social en toda Europa”, aseveró.
Bruselas considera “especialmente preocupante” el persistente incremento del desempleo en la UE, que alcanzó en julio pasado el máximo histórico de un 10.4 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), equivalente a 25.3 millones de personas.
El número de desempleados de larga duración ha aumentado en 15 países desde el último año y ha llegado a un total de 10.7 millones, el 4.5 por ciento de la población activa de la mancomunidad.
Al mismo tiempo, el desempleo juvenil ha alcanzado “niveles dramáticos”: un 22.5 por ciento en julio en la UE, mientras que en 12 países ya supera el 25 por ciento y sólo en Austria, Alemania y Holanda se sitúa por debajo del 10 por ciento.
“Las malas perspectivas para los jóvenes reflejan riesgos crecientes de desempleo de larga duración e inactividad duradera”, mencionó el estudio.
Igualmente inquietante es la disparidad entre los niveles de desocupación en los diferentes países europeos: va del 4.5 por ciento en Austria al 25.1 por ciento en España, la mayor brecha de todos los tiempos.
“El empleo y las situaciones sociales de los países de la UE presentan más divergencias que nunca. Por ello, los gobiernos nacionales deberían aplicar urgentemente las recomendaciones específicas para cada país y deberían establecer las medidas indicadas por la CE”, urgió Andor.
Según el Ejecutivo, la recesión que ha estado afectando o amenazando a la UE desde finales de 2011 ha llevado el sentimiento general sobre la situación económica a su nivel más bajo en tres años y dificultado las perspectivas de búsqueda de empleo en comparación con los años anteriores a la crisis.
En ese contexto, los ingresos brutos disponibles en los hogares disminuyeron dos tercios en los países de la UE entre 2009 y 2011.
Las caídas más importantes se observaron en Grecia, de un 15.7 por ciento, en Irlanda, de un 9.0 por ciento, y en España, Chipre, Lituania y Hungría, de más de un 4.0 por ciento en todos los casos.
En contraste, en los países nórdicos y en Alemania, Bélgica, Eslovenia y Francia, donde los sistemas de protección social y los mercados de trabajo son más resistentes, los ingresos globales han seguido aumentando durante la crisis, aunque una proporción importante de la población se ha visto afectada por la situación económica.
La CE llamó la atención sobre el incremento en el porcentaje de niños en riesgo de pobreza, que va del 10 por ciento en Dinamarca y Finlandia a más del 20 por ciento en España, Grecia, Bulgaria, Portugal, Italia, Rumanía, Letonia, Polonia, Lituania y Luxemburgo.