El obispo católico polaco Piort Jarecki, detenido este fin de semana después de sufrir un accidente de tráfico cuando conducía ebrio, reconoció hoy su culpabilidad en un comunicado y puso su cargo a disposición de Benedicto XVI.
El coche del religioso, de 57 años, se estrelló contra una farola, accidente que provocó la intervención de agentes de la policía.
Las pruebas de alcoholemia revelaron que el obispo con una tasa de alcohol de 2.6 gramos por litro de sangre.
“Nunca debería haber conducido en ese estado”, lamentó en hoy en su comunicado el obispo auxiliar de Varsovia, en el que pidió perdón por su comportamiento.
Desde la policía se destaca que el jerarca católico actuó en todo momento con calma y respeto, sin perder en ningún momento los nervios a pesar del alcohol ingerido y de la situación.
Jarecki quien se enfrenta a una pena que va desde la multa hasta la privación de dos años de libertad, deberá compadecer ante las autoridades a lo largo de esta semana.