Según dos encuestas publicadas esta semana, el actual presidente Barack Obama se ha ganado la simpatía de los ciudadanos alrededor del mundo. Los resultados de ambos sondeos no dejan margen de duda.
Según la encuestadora Gallup, los datos son contundentes: un 81% de los encuestados alrededor del mundo votaría, en caso de que pudiera, al candidato demócrata, frente al 19% de preferencia por el republicano Romney.
Además, dentro de los consultados, un 42% afirmó que votaría si pudiera, debido a la gran influencia que tiene el resultado de la elección estadounidense en sus países.
El universo de los encuestados por Gallup abarca distintas confesiones, culturas y Gobiernos de diferentes ideologías: entre 26 mil hombres y mujeres. Sin embargo, Obama resulta ganador en 29 de 30 países.
En los países europeos, las preferencias por el presidente estadounidense son las más altas: en Alemania, Holanda, Portugal, Islandia, Irlanda y Dinamarca superan el 95 por ciento.
La opción por Romney se destaca en Israel, con el 65% de las preferencias; Pakistán, con el 44%; y Georgia con el 36 por ciento.
En el otro sondeo, realizado por la BBC sobre 21 países consultados, Obama superaría a su rival en 20 países con un margen promedio de 45 puntos de ventaja. El estudio se hizo sobre la base de 21.797 entrevistas que engloban muestras de entre 800 y 2.375 personas.
Según esta encuesta, el único país en el que Romney resultaría ganador es Pakistán, con un 14% de popularidad -3 puntos por encima de Obama-, mientras que en el otro extremo, en Francia la elección del demócrata sería por un 72 por ciento.
Sólo un 10% de los encuestados por la BBC dijo que considera que Obama y Romney representan las mismas políticas.
La negativa imagen del Partido Republicano fuera de Estados Unidos es explicada de forma diversa.
Aunque es lógico considerar que el primer mandatario posee una mayor popularidad en el mundo debido a los cuatro años de su primer mandato, algunos creen que en el contexto de la crisis económica mundial, Romney es relacionado con la "extrema derecha" y el "ajuste", a diferencia de Obama.
