Al menos 31 personas han muerto, la mayoría de ellos por disparos, en los choques entre manifestantes y las fuerzas de seguridad en torno a la prisión de Port Said (noreste del país), informaron hoy fuentes médicas.
El director del departamento de hospitales en la delegación del Ministerio de Sanidad en Port Said, Abderrahman Farah, explicó que el número de heridos supera los 300, y han sido remitidos a todos los hospitales de la ciudad.
"Todavía estamos recibiendo heridos, pero de una manera menos intensa que durante la mañana", dijo Farah, quien agregó que la mayoría perdieron la vida por disparos.
Entre los fallecidos figura el futbolista Mohamed al Dadui, que jugaba en el club local Al Marrij, de la segunda división egipcia, y el antiguo portero del equipo Al Masry Tamer al Fahla, vencedor con su club de la Copa de Egipto en 1998, según la agencia oficial Mena.
Muchos heridos ingresaron ya cadáveres en los centros médicos, señaló Farah, quien agregó que las víctimas presentaban "además de disparos de balas y perdigones, fracturas y cortes en los cuerpos".
Los enfrentamientos se desataron nada más conocerse la decisión de un tribunal de recomendar la pena de muerte para 21 implicados en la masacre del estadio de Port Said entre aficionados de clubes rivales hace ahora casi un año.
Tras el fallo, familiares de los condenados y seguidores radicales del equipo local, Al Masry, trataron de irrumpir en la prisión, y se enfrentaron con armas de fuego y cócteles molotov a las fuerzas de la Seguridad Central.
El ejército ha desplegado tropas y blindados en esa ciudad para tratar de devolver la tranquilidad y la estabilidad, y proteger las instalaciones públicas.
Se trata de la segunda ciudad egipcia donde se despliegan en las últimas horas unidades de las Fuerzas Armadas, tras la llegada hoy de tropas a la cercana localidad de Suez.
Según el Ministerio del Interior, en las refriegas se han utilizado armas automáticas y hasta armamento pesado, aunque no ofreció más detalles al respecto.
Este nuevo brote de violencia se produce un día después de que nueve personas murieran y 584 resultaran heridas, según el último informe del Ministerio de Sanidad, en los disturbios ocurridos el viernes en todo Egipto con motivo del segundo aniversario de la revolución que derrocó a Hosni Mubarak.