El papa Francisco encabezó hoy la ceremonia de bienvenida de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), ante decenas de miles de feligreses de todo el mundo que coparon la turística playa Copacabana de la ciudad brasileña de Río de Janeiro.
Frente a la multitud que se congregó desde temprana hora en Copacabana, soportando fuertes vientos y la lluvia que comenzó a caer en horas de la tarde, el pontífice dijo que “esta semana, Río se convierte en el centro de la Iglesia”.
Sostuvo que la capital fluminense se ha transformado esta semana “en su corazón vivo y joven (de la Iglesia), porque ustedes han respondido con generosidad y entusiasmo a la invitación que Jesús les ha hecho a estar con él, a ser sus amigos.
”Mi mirada se extiende sobre esta gran muchedumbre: ¡Son ustedes tantos! Llegados de todos los continentes. Distantes, a veces no sólo geográficamente, sino también desde el punto de vista existencial, cultural, social, humano”, añadió.
“Hoy están aquí, o más bien, hoy estamos aquí, juntos, unidos para compartir la fe y la alegría del encuentro con Cristo, de ser sus discípulos.”
El pontífice advirtió que “el tren de esta JMJ ha venido de lejos y ha atravesado la nación brasileña siguiendo las etapas del proyecto Bota fe-Pon fe. Hoy ha llegado a Río de Janeiro. Desde el Corcovado, el Cristo redentor nos abraza y nos bendice.
”Viendo este mar, la playa y a todos ustedes, me viene a la mente el momento en que Jesús llamó a sus primeros discípulos a orillas del lago de Tiberíades”, dijo Francisco.
“Hoy Jesús nos sigue preguntando: ¿Quieres ser mi discípulo? ¿Quieres ser mi amigo? ¿Quieres ser testigo del Evangelio?”, acotó.
Francisco, el primer latinoamericano en asumir el trono de Pedro en la historia de la Iglesia católica, explicó que “estas preguntas nos invitan a renovar nuestro compromiso cristiano. Sus familias y comunidades locales les han transmitido el gran don de la fe.
”Cristo ha crecido en ustedes. Hoy he venido a confirmarles en esta fe, la fe en Cristo vivo que habita en ustedes, pero he venido también para ser confirmado por el entusiasmo de su fe”, enfatizó el obispo de Roma.
Dirigiéndose a los miles de jóvenes, el papa saludó a todos los participantes con gran afecto: “A ustedes, aquí presentes, venidos de los cinco continentes, y a través de ustedes, a todos los jóvenes del mundo.
”A todos les digo: ¡Bienvenidos a esta gran fiesta de la fe! En diversas partes del mundo, muchos jóvenes están reunidos ahora para vivir juntos este momento, sintámonos unidos unos a otros en la alegría, en la amistad, en la fe”, abundó.
El papa pidió además a los jóvenes que “tengan la certeza de que mi corazón de pastor les abraza a todos con afecto universal. ¡El Cristo redentor, desde la cima del monte Corcovado, les acoge en esta bellísima ciudad de Río!”.
La ceremonia de bienvenida de la Jornada Mundial de la Juventud se realizó este jueves en Copacabana, en lugar de la localidad de Guaratiba, en las afueras de Río de Janeiro, debido a las lluvias de los últimos días.
El papa Francisco llegó en helicóptero al Forte de Copacabana, un área militar de Río de Janeiro, desde donde se trasladó en el papamóvil hasta el gigantesco escenario montado en la turística playa carioca, coronado por una cruz de varios metros de altura.