El nuevo director general de los Legionarios de Cristo, Eduardo Robles Gil, aseguró que hay que reconocer con humildad que “se tardaron en creer” las denuncias contra el fundador de la orden Marcial Maciel.
En una entrevista con el diario español El País, anotó que sí había noticias de esos abusos, pero no fueron creídas en su momento.
“La razón es que un sacerdote es normalmente una persona de prestigio y para nosotros el padre Maciel tenía mucho prestigio, era un modelo. También tenía prestigio en el Vaticano y mucho prestigio social y eclesiástico”, dijo.
Agregó que entonces, cuando salieron las acusaciones y él dijo que no eran ciertas “le creímos a él y no a los acusadores”.
Además, “como el Vaticano no las había escuchado, optaron por una forma que en esa época no era bien vista en los círculos eclesiásticos que fue salir en la televisión, hacer una denuncia en el periódico. Y en ese momento esa forma escandalosa de hacer las cosas les restó credibilidad”, dijo.
El director general de los Legionarios de Cristo puntualizó que entonces entre gente de la legión aparecieron víctimas “y nos vemos en la obligación moral de comunicar a la congregación que todo lo que siempre habíamos negado es verdad”.
Cuestionado sobre si comprobada la doble vida de Maciel (1920-2008) no restan a la Iglesia, el sacerdote respondió que “sí es verdad que hay personas de la Iglesia y personas de fuera que piensan que deberíamos desaparecer, pero a nuestro juicio no tiene sentido”.
Además, abundó, el papa Benedicto XVI, cuando leyó los informes de los visitadores, dijo que somos una comunidad esencialmente sana que tiene que renovarse y mejorar.
No obstante, reconoció que “es verdad que estábamos a punto de desaparecer, porque había voces que se planteaban esa pregunta en esos términos”.
Robles Gil subrayó que hoy existe un compromiso en toda la Iglesia de que, ante un delito contra menores, “tenemos la obligación de hacer una triple denuncia”.
“Si algún legionario sabe de otro legionario tiene que denunciarlo al superior, y el superior ante las autoridades civiles y el Vaticano. Y también tiene que hablar con la persona acusada”, aseveró.
Recalcó, sin embargo, que hay que tener en cuenta que ser acusado no quiere decir ser culpable. “Hay pecados que son pecados simplemente y otras cosas que son delitos. Y todos los delitos con menores se deben denunciar”, manifestó.