Las intensas lluvias y las crecidas de los ríos Paraná y Paraguay inundaron las zonas bajas de nueve de los 17 departamentos de Paraguay y obligaron a más de 200.000 personas a abandonar sus viviendas, informaron el viernes las autoridades.
Carlos Silva, gobernador del departamento Ñeembucú, 380 kilómetros al sur de Asunción en la frontera con las provincias argentinas de Chaco y Corrientes, dijo a los periodistas que "no para de llover desde hace varias semanas y los pronósticos proyectan más precipitaciones".
Agregó que "además de la pérdida de cultivos, aislamiento de la hacienda e inundación de casas, los caminos destruidos no nos permiten abastecer de alimentos a 8.000 personas de bajos recursos en diferentes comunidades, sólo de nuestro departamento".
Silva adelantó que expertos de la oficina local de las Naciones Unidas y la Cruz Roja Internacional "hicieron un relevamiento de la situación y creo que en breve llegará ayuda internacional, sobre todo alimentos y abrigos para enfrentar el actual invierno".
Joaquín Roa, director de la estatal Secretaría de Emergencia Nacional, informó que en los últimos 30 días el gobierno gastó más de tres millones de dólares en la asistencia alimenticia de los damnificados, que suman más de 200.000 en todo el país.