El Comité Intergubernamental de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Tecnología (Unesco), declaró a la charrería mexicana como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

De esta manera, dicho comité tomó la decisión en el marco de su reunión anual en Adis Abeba, señalando que la práctica es “un elemento importante de la identidad y patrimonio cultural”.

Asimismo, se consideró que la charrería transmite valores sociales a las nuevas generaciones, por lo que el embajador de México en Etiopía, Víctor Manuel Treviño, agradeció el reconocimiento.

Por otro lado, la Unesco emitió un documento en que describió la actividad charra:

La charrería es una práctica tradicional de comunidades de México dedicadas a la cría y el pastoreo del ganado a caballo. En sus orígenes, facilitaba la convivencia entre los ganaderos de diferentes Estados del país.

Las técnicas de esta práctica se transmitían a las generaciones más jóvenes en el seno de las familias. Hoy en día, asociaciones y escuelas especialmente dedicadas la charrería forman a miembros de las comunidades, entrenándolos incluso para participar en competiciones.

La organización de concursos públicos o charreadas permite a los espectadores admirar la destreza de los charros en el arte de arrendar y jinetear yeguas y toros cerriles. Luciendo una indumentaria tradicional –con sombreros de ala ancha para los hombres y chales de colores para las mujeres– los charros hacen gala de sus habilidades a pie o a caballo.

Son artesanos locales los que diseñan y fabrican la vestimenta, el equipamiento, las sillas de montar y las espuelas que forman parte del arte tradicional de los charros. La charrería es un elemento importante de la identidad y el patrimonio cultural de las comunidades depositarias de esta tradición, que la consideran un medio de transmitir a las nuevas generaciones algunos valores sociales importantes como el respeto y la igualdad de todos los miembros de la comunidad”.