Estados Unidos se ha convertido en el mayor foco del mundo en la expansión del COVID-19 y Nueva York es su gran epicentro, con más de 52 mil casos confirmados y 728 muertos en este estado, donde se prevé un impacto económico “catastrófico” y estragos en la salud pública.
Según datos de este sábado, en las últimas 24 horas han muerto más de 200 personas por el coronavirus en Nueva York, que acumula cerca de la mitad del total de positivos del país, y donde se espera que el “pico” de la pandemia no llegue hasta dentro de dos o tres semanas.
“El impacto económico va a ser catastrófico. Después del 11S, partes del bajo Manhattan fueron cerradas durante meses, pero eso fue solo una pequeña porción de la ciudad. El resto de la urbe continuó funcionando, a pesar de que, evidentemente, la gente estaba muy triste por los ataques”, cuenta a Efe la economista Nicole Gelinas, del centro Manhattan Institute.
Las autoridades permiten a los ciudadanos salir a la calle e ir a los parques o a las zonas de juegos para los niños, aunque han advertido de la vigilancia de los agentes de policía y de que si no se respeta la distancia social, podrían ordenar su cierre.
Donde sí se han mostrado contundentes ha sido con la clausura de todos los centros educativos y los negocios no esenciales, lo que fue decretado el pasado 23 de marzo y que ha reducido drásticamente la masiva presencia de personas que acostumbran a circular por las calles y transportes de la ciudad y de los suburbios del norte.
Este sábado, en una jornada lluviosa, aparecía aún más desolada que nunca, sin apenas rastro de su habitual bullicio.
Decenas de miles de contagiados
Pese a protagonizar las restricciones más severas en todo Estados Unidos, en donde ya hay más de 112 mil contagios testados, sólo el estado de Nueva York cuenta con casi la mitad de ellos (52.318) y la Gran Manzana, con una gran densidad de población, cuenta con casi 30.000 positivos y más de 500 muertes.
Para Irwin Redler, del Centro Nacional de Preparación para Desastres de la Universidad de Columbia, otros focos irán creciendo en el país, como ocurre ya en Nueva Orleans, y recordó en una mesa redonda por internet organizada por dicha universidad neoyorquina que el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades alertó desde un inicio que, si no se tomase ninguna medida de prevención -lo que no está sucediendo- entre 160 y 214 millones de personas en EE.UU podrían infectarse y que entre 200 mil y 1.7 millones de personas podrían morir.
Con información de EFE