Anualmente, a finales de junio miles de perros son sacrificados en la ciudad de Yulín, al sur de China, en la famosa “Fiesta de la carne de perro”, sin embargo, este año el coronavirus consiguió que cientos de canes no perdieran la vida durante el festejo.
Y es que el Covid-19 surgió a finales de 2019 en un mercado de Wuhan en donde se comercializan animales vivos y a partir de entonces, las autoridades reforzaron las leyes sobre el comercio de estos animales.
Incluso, ante el brote de esta enfermedad, el consumo de carne de perro mostró un declive en China, sin embargo, aún existen regiones del país donde aún se considera que la carne de perro es buena para la salud.
El impacto de la pandemia fue tal que el gobierno chino aprobó una ley que prohíbe el comercio y consumo de animales salvajes, aunque esta ley no aplica específicamente a los perritos, el Ministerio de Agricultura acaba de reclasificar a los perros como mascotas, eliminándolos de animales comestibles.