El domingo pasado, al menos 200 mil personas se reunieron en la capital de Bielorrusia, Minsk, para pedir la dimisión de Aleksandr Luka-shenko, quien ha sido su invariable líder desde 1994. Esta manifestación es calificada como la más numerosa de la historia postsoviética, de acuerdo a observadores y especialistas. 

El día inició con un mitin en apoyo al mandatario, el cual ha sido señalado por el acarrear desde diferentes ciudades, a jubilados, soldados de civil y trabajadores bajo la amenaza de perder subsidios o el empleo por no asistir. 

Durante dicho evento, Lukashenko se hizo acompañar de su hijo Nikolai, de quien ha dicho que le gustaría que en algún momento fuer su sucesor. 

Aprovechó para agradecer las muestras de respaldo y dio un discurso donde mencionó que sin el desaparecería el Estado soberano, esto como respuesta a sus vecinos, Ucrania y otros países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que exigen a Bielorrusia repetir los comicios, lo cual él de ningún modo acepta por, sostiene, haberlos ganado sin trampas.

En respuesta, cerca de 200 mil personas se manifestaron y acusaron que después del escandaloso fraude que Lukashenko cometió hace una semana, debe dejar el cargo. 

Además, exigieron la libertad de los presos políticos y de otros casi 4 mil manifestantes que aún permanecen entre rejas. Las manifestaciones ocurrieron en 27 ciudades de Bielorrusia, entre otras Baranovichy, Borisov, Bobruisk, Brest, Gomel, Grodno, Moguiliov, Vitevsk y Zhlovin.

Con información de La Jornada