Recientemente la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), dio a conocer que tras más de seis años de alertar sobre el estado crítico de supervivencia del rinoceronte blanco del norte, la especie se encuentra funcionalmente extinta debido a que sólo sobreviven dos hembras en todo el mundo, por lo que ya no podrán reproducirse.
Dichos mamíferos vivieron por décadas al acecho de los cazadores furtivos, la principal amenaza de la especie, debido al alto valor comercial que tienen sus cuernos en Asia.
En diciembre de 2014, la UICN dio a conocer que sólo quedaban vivos cinco ejemplares de rinoceronte blanco del norte (cuatro hembras y un macho) y calificó a la especie en peligro crítico de extinción.
Un año después, dos hembras del grupo murieron y las posibilidades de salvar a la subespecie se redujeron drásticamente.
Finalmente, el último macho murió en marzo de 2018 sin reproducirse con alguna de las hembras.
La última esperanza
La única esperanza para salvar a la subespecie está en encontrar algún ejemplar macho en estado salvaje, lo que es una posibilidad remota, pues se considera que estos podrían estar extintos en estado silvestre.
Sin embargo, una vez que los últimos rinocerontes blancos del norte machos murieron, los biólogos arriesgaron una última apuesta al desarrollo de la ciencia y salvaron muestras de espermatozoides para intentar la fertilización in vitro.
En 2019, un equipo del Instituto Leibniz para la Investigación y la Vida Silvestre logró dar el primer paso y extrajo tejido de ovario de rinocerontes hembras para cultivar óvulos inmaduros con la intención de fertilizarlos y crear embriones de rinoceronte blanco del norte.
Actualmente, existen algunos embriones congelados en espera de su implantación en una hembra de rinoceronte blanco del sur, la especie más parecida a los rinocerontes blancos del norte. No obstante, los espermatozoides y óvulos son limitados y el proceso para su desarrollo in vitro aún no está del todo claro en esta especie.
Por lo tanto, los científicos han trabajado en una manera de crear más óvulos maduros a partir del tejido de folículos ováricos de hembras fallecidas. Gracias a que los rinocerontes no pasan por la menopausia, los ovarios de los ejemplares viejos se mantienen creando estos folículos hasta una edad avanzada.
El desarrollo de esta técnica abre una posibilidad para salvar no sólo al rinoceronte blanco del norte, sino a todas las especies de rinoceronte amenazadas en la actualidad.