Texas se convirtió en el estado más grande de Estados Unidos en avalar una ley que impide los abortos antes de que muchas mujeres sepan que están embarazadas y deja la aplicación de la ley a los ciudadanos, quienes podrían demandar a los médicos o cualquier persona que ayude a una mujer a terminar con su embarazo.
La ley, promulgada y firmada por el gobernador republicano Greg Abbott, pone a Texas en la misma sintonía con otros 12 estados donde se prohíben los abortos después de la sexta semana. Cabe destacar que la mayoría de los tribunales federales han bloqueado la entrada en vigor de esta medida.
Actualmente, la ley de Texas impide el aborto después de las 20 semanas de gestación, con excepciones para una mujer con condiciones médicas potencialmente mortales o en caso de que el feo tenga alguna anomalía grave.
Datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos, apuntan que el 90 por ciento de los abortos se realizan en las primeras 13 semanas de embarazo.