En una emotiva aparición pública, el papa Francisco saludó personalmente a más de 20 mil fieles en la Plaza de San Pedro para dar inicio a la Semana Santa, marcando un alentador signo de recuperación tras semanas convaleciente por una neumonía bilateral.
Francisco instó a los fieles a llevar la cruz "de aquellos que sufren a nuestro alrededor" para marcar el inicio de la solemne Semana Santa.
Aunque aún se desplaza en silla de ruedas y su voz permanece limitada, el Pontífice de 88 años sorprendió a los fieles al no portar oxígeno suplementario, bendecir un rosario y regalar dulces a un niño.
Agradeció las oraciones y pidió paz en regiones en conflicto como Ucrania, Sudán y Oriente Medio.
La celebración fue liderada por el cardenal Leonardo Sandri, quien leyó la homilía preparada por Francisco e instó a cargar la cruz de quienes sufren, en sintonía con el espíritu del Domingo de Ramos.
La bienvenida inicial contrasta con el sufrimiento posterior, que culmina con su crucifixión, que los cristianos conmemoran el Viernes Santo, seguido de su resurrección, celebrada el Domingo de Pascua.
Los fieles salieron de la plaza de San Pedro llevando palmas o ramas de olivo bendecidas para marcar la ocasión.
Aunque la aparición del papa era ampliamente esperada, los peregrinos reconocieron cierta preocupación de que las ráfagas de viento pudieran impedirle entrar en la plaza.