La tensión política y social en Bolivia se intensificó este lunes con bloqueos de caminos y anuncios de nuevas movilizaciones, encabezadas por sectores afines al expresidente Evo Morales y organizaciones sociales que exigen la renuncia del presidente Luis Arce, en medio de una profunda crisis económica y desabastecimiento de combustibles.
El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, informó que esta mañana se registraron nueve puntos de bloqueo, principalmente en Cochabamba, y advirtió que estas acciones buscan “boicotear las elecciones” previstas para el 17 de agosto. El funcionario lamentó el impacto de los cortes de ruta en la economía familiar, al impedir el tránsito de alimentos y cisternas de diésel y gasolina. “¿Se puede llamar esto un bloqueo por mejorar la situación?”, cuestionó.
A las movilizaciones convocadas por el evismo —que también exige la inscripción de Morales como candidato presidencial, pese a los impedimentos legales— se sumaron otras protestas de distintos sectores. La Confederación de Choferes de Bolivia anunció un paro de 24 horas este martes, en rechazo a la escasez de combustible, mientras que organizaciones campesinas como Ponchos Huayrurus y la Central Quechua anunciaron cacerolazos y bloqueos en La Paz y la ruta Sucre–Potosí, respectivamente.
En El Alto, la Federación de Juntas Vecinales prepara manifestaciones para la próxima semana. “Vamos a seguir hasta que el Gobierno de Luis Arce abandone la silla presidencial”, declaró el dirigente campesino Enrique Mamani, en respaldo a Evo Morales.
El exmandatario calificó esta semana como una “dura batalla” por la economía. Bolivia enfrenta desde hace dos años una crisis marcada por la escasez de dólares, la subida del tipo de cambio en el mercado negro y el incremento de precios, lo que ha desatado una nueva ola de protestas a menos de tres meses de los comicios.
En este contexto, el ministro Ríos aseguró que el gobierno usará “todas las acciones que la norma prevé” para garantizar el libre tránsito y el desarrollo de las elecciones.