Comida china, mole, sopa de fideo y espagueti son algunos platillos que José Carmelo Paz, padre de tres niños, realiza como parte de los menús que diariamente sirve a sus hijos.
Originario de León, Guanajuato, pero con más de dos décadas de vivir en Reynosa Tamaulipas, a donde llegó casado y con el paso de los años procreó a sus tres hijos, Francisco, de 12 años; Fernanda, de nueve, y Juan Pablo, de siete, José Carmelo se encarga de llevar y recoger todos los días a sus hijos a la escuela, a las clases de gimnasia, basquetbol y futbol.
Arquitecto de profesión, pero padre por vocación, señala que no le incomoda realizar labores domésticas, que incluyen la preparación diaria de los alimentos, “busco que mis hijos estén bien alimentados y nutridos”.
Siempre al pendiente del desarrollo académico, deportivo, cultural y social de sus hijos participa en todas las actividades y festejos de los menores, pues reconoce que él careció de una presencia paterna durante su niñez, ya que fue hasta la juventud cuando tuvo un trato paterno.
“Disfruto mucho todo los que hago a pesar de que no suelo ser muy expresivo, pues cuando yo era niño no conocí a mi papá, lo conocí cuando estudiaba la prepa, entiendo que su vida fue de trabajo, esfuerzo y dedicación”, dijo.
Carmelo se considera una persona sencilla y hasta “insensible” al momento de recibir algún regalo, prefiere pasar tiempo con sus hijos, disfrutar de una película o una comida familiar, más que un festejo o celebración por el Día del Padre.
Dijo estar en desacuerdo con algunos programas televisivos que a su punto de vista propician entre los niños y adolescentes que los ven, actitudes de rebeldía, mala conducta e indiferencia.
Consideró que las redes sociales han sustituido en algunas ocasiones las muestras de afecto, el contacto directo e incuso la forma de educar, pues dijo que algunos padres a través de estas, es como felicitan o sancionan a sus hijos.
Egresado del Tecnológico de Monterrey se declara un papá preocupado por la educación de sus hijos, pues se pronuncia a favor de la enseñanza completa que les permita a los niños ser competitivos en diferentes ramas y por ello inculca a sus hijos el aprendizaje de idiomas como el francés, inglés y el mandarín.
“Estoy al pendiente de lo que hacen los niños, les presto atención, les ayudo con la tarea, los llevo a sus actividades extracurriculares, les preparo la comida, en fin hago todo lo que tengo que hacer en beneficio físico y emocional de ellos”, manifestó.
José Carmelo se prepara para acompañar a su hija de nueve años a la competencia nacional de porristas a celebrarse la próxima semana en el puerto de Mazatlán, en donde además de la compañía, estará al pendiente de su vestuario y peinado, pues la meta no sólo es ganar sino hacerla sentir querida y apoyada, al igual que a sus otros dos hijos.