Elementos del Ejército mexicano regresaron al municipio de Petlancingo a realizar prácticas en terrenos del poblado indígena de El Ídolo, a unos meses de la explosión de una granada que dejó sin brazo y pierna al pastor Oswaldo Zamora Barragán.

“Hoy en día han reanudado sus actividades de maniobras militares y prácticas de tiro, pero existe el temor de la comunidad debido a la incertidumbre de que en cualquier momento puede ocurrir otra desgracia”, reveló Amparo Barragan Soperanez, tía del niño.

Además, familiares de la víctima acusaron al gobierno de Puebla y federal de incumplimiento de promesas, pues presentaron contratos de comodato entre la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y dueños de los terrenos donde se hacían las prácticas, en los que se responsabilizaban de cualquier accidente.

A cambio de la pierna, brazo y un testículo, la nueva propuesta de las autoridades federales y de Puebla fue la instalación de una tortillería y 174 mil pesos, respectivamente, lo que de nueva cuenta fue rechazado, ya que los tratamientos del menor serán mucho más caros.

A casi seis meses del accidente ocurrido el 19 de julio, sigue la incertidumbre en la familia sobre el futuro del pequeño de 11 años de edad. “No hubo sensibilidad del presidente de la República y el gobernador”, dijo Barragán Soperanez.

Este lunes, en la ciudad de México con medios de comunicación nacionales, familiares del niño Oswaldo Zamora Barragán señalaron que militares les han negado una pensión vitalicia por no tratarse de integrantes de la milicia.

Amparo Barragán señaló que fueron presentados documentos donde se comprueba la presencia por más de un año de las fuerzas castrenses en la comunidad indígena de El Ídolo, perteneciente al municipio poblano de Petlalcingo. Indicó que la presencia de las fuerzas militares para hacer prácticas se comprueba por medio de un comodato firmado por autoridades militares y dueños de los terrenos.

Sin embargo, afirmó que los soldados no respetaban los acuerdos y realizaban sus entrenamientos en lugares poblados. “En el pueblo nadie quiere hablar por miedo, pero a un vecino hasta le rozó una bala perdida en una ocasión”.

Respecto a la casa donada por el gobierno de Puebla, señaló que aún no se las entregan por trámites burocráticos, ya que les pidieron papeles del padre y del niño.

En tanto, Oswaldo permanece internado en el Hospital Central Militar de la ciudad de México, donde recibe atención médica especializada y se recupera psicológicamente y físicamente del accidente.

Cabe recordar que el menor Oswaldo perdió un brazo y una pierna al encontrar una granada de fragmentación que olvidó el Ejército mexicano en un campo de entrenamiento instalado en las afueras del municipio de Petlalcingo.

Los padres de Oswaldo Zamora son personas de muy escasos recursos originarios de El Ídolo, ubicado entre los límites entre Puebla y Oaxaca. Su madre es ama de casa y su padre, Bernardo Zamora, es campesino.

“Bernardo incluso se fue de indocumentado a los Estados Unidos, de donde regresó tras el accidente, ahora se encuentra desempleado y con fuertes gastos que poco solventan los seis mil pesos mensuales que da el gobierno de Puebla como apoyo”, dijo.

La carta
En la rueda de prensa, efectuada en un VIPS de la ciudad de México cercano al Hospital Militar, familiares del pequeño recordaron que el accidente se registró mientras cuidaba un pequeño rebaño de chivos, por lo que expusieron una serie de puntos en los que exigen justicia. A continuación, un extracto del texto:

“Amigos de los medios de comunicación, en mucho agradezco su presencia, en lo personal, de mi familia, de mi sobrino Oswaldito y de los habitantes de mi Municipio de Petlalcingo, Puebla.

”El motivo que nos reúne en este lugar es informar a ustedes, los medios de comunicación que nos han hecho el favor de darnos el apoyo, y el seguimiento correspondiente al accidente acontecido a mi sobrino Oswaldo Zamora Barragán a estallarle una granada que por omisión dejó olvidado personal de la Sedena en las inmediaciones de nuestra comunidad del Ídolo, correspondiente a la Jurisdicción del Municipio de Petlalcingo, Puebla, mientras cuidaba un pequeño rebaño de chivos.

”1. Que después de que mi pequeño sobrino Oswaldo sufrió dicho accidente, donde lamentablemente perdió sus extremidades derechas brazo, pierna y un testículo, y que aun continúa valorándose su pierna izquierda, según el parte médico que se nos ha dado de forma verbal por parte del personal del Hospital Central Militar del Área de Pediatría.

”2. Que a la fecha se nos han prometido ciertos apoyos, tanto del Gobierno del Estado de Puebla como del personal de la Sedena y a la fecha no hemos visto concretado ninguno.

”3. Que se nos ha querido sorprender debido a nuestra ignorancia y desconocimiento de la ley, por parte de funcionarios del gobierno del Estado, así como de la Sedena, para lo cual me permito comentar a ustedes los siguientes acontecimientos:

”• Que a la fecha en el lugar donde ocurrió el accidente se encuentra abandonado y expuesto a la naturaleza y al pastoreo, y después de que el personal de la Sedena limpió el lugar de los hechos, no se encuentra custodiado ni cercado, ni tenemos noticia de peritaje alguno por parte de la autoridad correspondiente. Si bien es cierto que cuando ocurrió el accidente desalojaron el lugar, pero hoy en día han reanudado sus actividades de maniobras militares y prácticas de tiro, por lo que existe el temor de la comunidad de El Ídolo, debido a la incertidumbre de que en cualquier momento puede ocurrir otra desgracia.

”• Respecto a La Comisión Nacional de Derechos Humanos solo en los momentos que es publicado algún comunicado en los medios de comunicación por parte de nosotros, la familia de mi sobrino Oswaldito, y lo único que se nos ha dicho es que las investigaciones continúan para poder determinar quién es el culpable. Ignoro el tiempo con que seguirán con esa misma respuesta, porque los días avanzan rápidamente y las investigaciones se hacen cada vez más lentas y las evidencias se borran con el transcurso del tiempo, acaso con la intención de querer dejar en el olvido la tragedia que le sucedió a mi sobrino.

”• Que aun se nos ha venido manejando en los medios de comunicación tratando de desvirtuar la realidad de los hechos de que dicho artefacto explosivo puede ser producto de la delincuencia organizada que opera en nuestra comunidad, para deslindarse de su responsabilidad, lo cual contradice los actos y esfuerzos del Señor Presidente de la República y de lo que ya hemos recalcado y demostrado con firmas de las comunidades y de la cabecera de Petlalcingo, Puebla que fue en campos en comodato otorgados al Ejercito.”